El zamorano Luis Antonio Pedraza, uno de los músicos emergentes de la provincia, se ha convertido en pieza clave del homenaje "Zamora canta a Joaquín Díaz". A continuación habla del etnógrafo zamorano y de su trayectoria personal en la música, marcada por el éxito de "Rebambalancha" y la sorprendente "Suite sayaguesa".

- Es su segundo disco, "Rebambalancha", el que le da a conocer, ¿cómo surgió la idea de juntar un instrumento "pobre", como la flauta de tres agujeros, con una banda de música?

-En 2015 surgió un nuevo proyecto de la mano de David Rivas, Miguel Mateos y la Banda de Música de Zamora. Se trataba de crear nuevas composiciones que permitieran compaginar el sonido de la flauta y el tamboril con el de la banda. "Rebambalancha" nos abrió las puertas a comunidades como Asturias, País Vasco, Castilla la Mancha o Madrid, además de Castilla y León. Mi primer disco, que grabé tras ganar el premio Joven Valor de la Música Tradicional, era un homenaje a mi trayectoria hasta la fecha, con colaboraciones de Luis María Martín Negro, Fetén Fetén o Candeal. El segundo álbum me ayudó a consolidarme como solista de flauta y tamboril y me permitió descubrir un sonido propio y mi capacidad de interpretación.

- ¿Por qué cree que sorprendió tanto esa mezcla tan dispar de sonidos?

-Apostamos por llevar un instrumento de la calle a los escenarios. El público se sorprendió mucho porque hasta entonces era impensable ver en un mismo espectáculo a una banda y a un intérprete de flauta y tamboril. Estrenamos "Rebambalancha" en el Festival Hispanoluso de 2015, en Zamora. Después fuimos a Toro y a Benavente. La reacción de la gente era la prueba de que habíamos conseguido ampliar las posibilidades del instrumento.

- También le dio la posibilidad de comenzar a rodearse de artistas de primer nivel, ¿no es cierto?

-Nunca me he cerrado a ningún estilo. No ha sido fácil, porque no todos los tamborileros tenían una formación ideal para colaborar con distintos tipos de artistas. Hemos conseguido que se fijaran en un modo de interpretación diferente al habitual, apostando por un sonido con la mayor calidad posible. Eso es lo que ha permitido que intérpretes de primer nivel hayan accedido a colaborar en mis proyectos.

- ¿Se imaginaba que una flauta de tres agujeros podía tener tantas posibilidades?

-Hemos llegado a las posibilidades actuales a través de un trabajo previo con una lutier francesa residente en Tarragona, por medio de un proceso de mejora desde el año 2012. Trabajamos en un modelo que, sin perder el sonido de la flauta pastoril, consiguiera estar completamente afinada y con un mayor número de notas. Hoy tenemos un prototipo de instrumento que puede compartir música con el resto sin complejos.

- ¿Qué otros instrumentos ha sumado a los habituales?

-Me he centrado en los instrumentos de Zamora: flauta y tamboril, gaita sanabresa y dulzaina. También me ha llamado la atención la percusión: la pandereta, el pandero cuadrado y otros más pequeños. A veces, me acompaño del salterio o tambor de cuerdas, un instrumento histórico.

- ¿Cómo surge esa colaboración "mágica" con el toresano David Rivas?

-David y yo nos conocemos desde hace muchos años de nuestro paso por las bandas de música. En 2013, decidí recurrir a él como un compositor ya reconocido para proponerle un instrumento nuevo, la flauta de tres agujeros, y crear obras nuevas a partir de ahí. Una vez forjada "Suite sayaguesa", incorporamos al compositor zamorano Miguel Mateos para completar la serie de obras que completaron el segundo disco.

- También ha impulsado la Asociación de Tamborileros de Zamora, ¿qué impulsó esta iniciativa?

-Como profesor de la Escuela de Folklore, tenía la ilusión de aglutinar en una sola agrupación al mayor número posible de tamborileros de la provincia. Desde 2011 hemos venido trabajando en un nuevo repertorio con melodías tradicionales. En este tiempo también hemos creado dos festivales: Flautamza, que va por la cuarta edición y ha recibido la visita de algunos de los mayores especialistas del país, y el encuentro internacional de tamborileros.

- Háblenos de su relación personal y profesional con Joaquín Díaz, al que van a homenajear el próximo domingo, tres de diciembre.

-Joaquín es de esas personas que, aunque no la conociera, ha estado siempre presente en mi vida, desde que era niño. Es una de las voces más agradables de la música folk en España. Me atrevería a decir que es el Leonardo da Vinci de la cultura tradicional: un hombre que no solo se ha dedicado a interpretar, sino que también ha recogido música, la ha arreglado y difundido. Hoy podemos buscar cualquier referencia en el archivo de su Fundación. En lo personal, es un amigo, una persona cercana. Se trata de la raíz de todo este gran árbol de la música tradicional castellano-leonesa. Para nosotros, fue muy importante que presenciara el estreno de "Rebambalancha" en las jornadas "Nuevas músicas para instrumentos viejos", que se celebraron en Olmedo. Y la idea de su modo de ser que más me impresiona es que decidiera apagar su voz para dársela a otros artistas.

- Usted fue el primer protagonista del proyecto "Dale volumen" de esta casa, que ha sido el germen de "Zamora canta a Joaquín Díaz".

-A mí me sorprendió mucho que un periódico local decidiera apostar por un músico que viene del folclore para promocionar un espacio nuevo, con la cantidad de estilos musicales que existen. En aquella experiencia utilizamos instrumentos variados, y el resultado fue tan positivo que se convirtió en germen de este homenaje.

- ¿Por qué propuso terminar esta nueva serie de vídeos de artistas con música de Joaquín Díaz en un concierto en directo, el del próximo 3 de diciembre?

-Porque es una manera de constatar el amor y el cariño, esa deuda que todos tenemos con él. Poder reunirnos todos para agradecer su generosidad con nuestra manera de entender la música.

- ¿Cuál es la razón de que los artistas se hayan sumado sin dudar a este homenaje?

-Es sorprendente cómo todos han atendido la llamada de "Zamora canta a Joaquín Díaz". El cartel está basado en una línea de casa, con artistas nuevos y continuadores de la labor de Joaquín, junto a otra, con una serie de intérpretes nacionales que han bebido de sus fuentes, inmensamente agradecidos.