"¿A quién podemos enseñarle lo que estamos haciendo?", se preguntó un grupo de jóvenes músicos -la mayoría, madrileños- cuando se iniciaban en la música folk a finales de los años ochenta. La respuesta estaba clara: Joaquín Díaz. Acudieron a Urueña para presentarle un proyecto de fusión musical que podía ser entendido como "una aberración". "Joaquín escuchó la maqueta y aquello le pareció estupendo. Avaló nuestro trabajo y dijo que la música tradicional había estado siempre en constante evolución". Son palabras de Jaime Muñoz, que junto a Carlos Beceiro sigue haciendo sonar a La Musgaña, grupo español ya mítico después de tres décadas de andadura y un sinfín de vicisitudes.

Carlos Beceiro, el componente del grupo que llegó a Madrid desde Galicia, tiene la teoría de que el etnógrafo zamorano "fue el inventor del folk". "Antes de que en España se publicaran los discos de Bob Dylan, Joaquín ya cantaba sus canciones en España", comenta fascinado Beceiro. Conocida es la amistad que Díaz mantuvo con Pete Seeger, al que todo el planeta ha bautizado como precursor del folk en Estados Unidos en los años cincuenta. "Fue Joaquín quien popularizó las canciones sefardíes, hasta ese momento ni siquiera se conocían", añade Beceiro.

El caso es que Joaquín bautizó el nacimiento de La Musgaña, que comenzó su andadura en 1987 y en los noventa vivieron su particular "década prodigiosa" con viajes frecuentes a Estados Unidos. "Para los americanos no era música folk, era "world music", les fascinaba vernos tocando todos aquellos instrumentos", narra Jaime Muñoz. La feliz carrera de aquel quinteto, convertido finalmente en trío, se truncó en 2004, cuando Quique Almendros, el ideólogo de La Musgaña, sufrió un derrame cerebral que lo dejó en una silla de ruedas, con una parte del cuerpo paralizada y sin habla.

Álbum referencia

Por el camino, discos de referencia, como el directo lanzado en 1997, o el último con Quique Almendros. "En 2003 editamos Temas Profanos, uno de los trabajos del que más orgullosos estamos", afirma Muñoz. "Entonces Quique, que también es ilustrador, tenía una creatividad desbordante y también se ocupó del diseño y la parte gráfica".

La relación con Joaquín Díaz continuó y surgieron varias colaboraciones, lo que sería el germen de un disco compartido al cincuenta por ciento con el etnógrafo de Urueña. Pero "nunca llegamos a grabarlo", admite el dúo La Musgaña. Y la grave enfermedad de Almendros acabó por frustrar aquella bonita idea. Ahora, el grupo participa en otro homenaje más al recopilador para agracederle el bautismo de una carrera próspera.