Al Grano
Cabeza todo dientes
El ajo ya tiene marca de garantía, ahora falta la cooperativa

Ajo zamorano en la feria organizada en el amrco de las fiestas de San Pedro. / J. L. F. (Archivo)
Casi veinte años ha durado el embarazo y el parto no ha sido fácil, se ha hecho necesario utilizar fórceps a última hora. Pero, por fin, la criatura está aquí, con nosotros: blanca, con alguna veta violeta y fuerte aroma. Da gusto verla, tan sonrosada y redondeada que dan ganas de comerla a cachitos, dorados y tostados. Tan esperada como deseada, encarna una rodaja de esperanza en tierra de pesares. La criatura está sana como una manzana y rezuma gusto y salud, pero necesita ser alimentada para crecer. Pero, ¿qué come? Cariño y compromiso. ¡¿Qué complicado, no?! Tampoco es para tanto, oye.
Zamora ya tiene una nueva marca de garantía, la quinta. El ajo zamorano, excelente como pocos, acaba de estrenar carné de identidad oficial que reconoce su singularidad y su calidad contrastada. ¿Y para qué sirve eso? Pues para ir a cualquier mercado, sea regional, nacional o internacional con los deberes hechos. El consumidor que no lo conozca va a saber de antemano que lo que está comprando tiene garantía certificada de calidad. Así da gusto.
Junta de Castilla y León, a través del Itacyl, Diputación Provincial y el grupo de acción local Torguvi han diseñado el carné de identidad del ajo que se han ganado con creces varios centenares de productores del Bajo Duero (Toro-Guareña-Tierra del Vino). Los agricultores mantienen vivo un cultivo con letras doradas en la gastronomía mediterránea, pura —y sana— cultura de supervivencia, lo que realmente importa.
Solo dos nombres para significar el empeño en lograr la marca de garantía para el ajo zamorano (al César lo que es del César): Sergio del Teso, presidente de Torguvi, y Federico Polo, ya fallecido. ¿Y ahora qué? Pues que tienen que ser los productores quienes se impliquen y alimenten la marca de garantía. No hay excusas: es imprescindible crear una cooperativa de cultivadores que tire del carro y airee la bandera de la calificación de calidad.
La Diputación —lo dijo el lunes su presidente, Javier Faúndez—, que ya se ha implicado presupuestariamente con la nueva marca de garantía, está dispuesta a asumir todo lo asumible. ¿Entonces? Queda el compromiso, claro y sin titubeos, de los ajeros. Que piensen que la calificación de calidad es un asidero también para sus hijos, un referente al que agarrarse. ¿Qué no va a resolver los problemas de la provincia? Ya lo sabemos, claro, que son muchos y gordos, pero si es una zarcera por la que pueden sacar la frente 42 municipios.
Una recomendación: hay que olvidarse de las posiciones de fuerza, de eso de que "yo tengo comprometida y vendida toda la producción". Hay que ser solidario para ganar. Hay que constituir una cooperativa y tener muy claro que "el que se pica, ajos come".
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