Al grano

Biogás (que si sí, que si no)

Zamora, de nuevo dividida por una iniciativa energética

Planta de Biogastur en Navia.

Planta de Biogastur en Navia. / / JUAN PLAZA (Archivo)

Celedonio Pérez

Celedonio Pérez

Ha sucedido más veces en Zamora. Muchas. Alguien, por intereses económicos, claro, proyecta el montaje de plantas generadoras de energía con los beneficios y riesgos que eso siempre supone, y se monta la marimorena. Unos que sí y otros que no. Ocurre ahora con el biogás, un combustible renovable compuesto por metano y dióxido de carbono obtenido por la degradación anaeróbica (traducido a lo bestia: putrefacción sin oxígeno) de residuos orgánicos, en Zamora sobre todo ganaderos (purines de cerdo, principalmente), aunque también se pueden usar restos agroindustriales y lodos de depuradora. Dicen los del sí, entre los que se incluyen la Comisión Europea, el Gobierno de España, la Junta de Castilla y León, algunos ayuntamientos zamoranos y varias organizaciones agrarias, que las plantas de biogás ayudan al proceso de descarbonización, son respetuosas con el medio ambiente y fomentan el desarrollo y el empleo.

Dicen que del biogás se obtiene energía eléctrica y térmica y, tras su refinado, se puede inyectar a la red de gas natural. Dicen los del no, en Zamora se ha creado la plataforma Stop Biogás, que con la iniciativa energética "se ha puesto precio a nuestra salud y al futuro de la provincia" y que condena a los pueblos "a ser estercoleros" porque los gases que se generan en el proceso tienen una gran toxicidad y acabarán filtrándose a los acuíferos, amén de los —malos— olores, el riesgo de accidentes y el alto poder contaminante del "digestato" (lo que queda al final del proceso, abono orgánico según los del sí). Ah y que supondrá un atractivo para la instalación de macrogranjas de porcino en la provincia.

Zamora está trágicamente despoblada (16 habitantes por kilómetro cuadrado) y es un caramelo para los mentores de las plantas de biogás (instalaciones que necesitan varias hectáreas para funcionar) y que ya han presentado 60 proyectos en la región (al menos siete en la provincia zamorana).

¿Y yo qué digo? Pues que por primera vez una iniciativa para generar energía en la provincia pretende transformar residuos contaminantes en sí mismos, como los purines. Y que lo que deberíamos hacer es negociar bien las contraprestaciones, que no nos den gato por liebre, que las Administraciones redacten un informe sobre las plantas que puede soportar Zamora, exigir la contratación de trabajadores locales y hasta si fuéramos capaces gestionar las plantas mediante una empresa nuestra, provincial, con participación privada, pero supervisada por la Administración; que pudiéramos, por primera vez, vender fuera lo que se produce aquí. ¡Basta ya de ser los más sanos del cementerio!

P.D. A quienes se manifiesten el sábado en Zamora contra el biogás les pediría una cosa, que reivindiquen también que quien descontamine, cobre. La provincia se lo agradecerá.

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