Al grano

Arbucala, por fin, vence a Aníbal Barca

La Junta acuerda no construir el depósito de agua en la Cuesta del Viso

Carlos Sanz Mínguez, durante la visita al yacimiento El Viso

Carlos Sanz Mínguez, durante la visita al yacimiento El Viso / I. G.

Celedonio Pérez

Celedonio Pérez

Ha reinado la lógica y el sentido común y no se construirá el depósito soterrado de abastecimiento de agua en la Cuesta del Viso, una atalaya emblemática declarada BIC con la categoría de yacimiento arqueológico en 2013 tras 23 años de tramitación del expediente.

La propia Junta, mentora de la iniciativa junto a los municipios del alfoz de Zamora que se iban a beneficiar del servicio, ha dado marcha atrás. La Comisión Territorial de Patrimonio lo acaba de manifestar en su última reunión: no es posible la construcción al proyectarse en el corazón de un yacimiento prehistórico declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Y punto.

Ya habrá tiempo de pedir responsabilidades, si las hubiera, sobre las prospecciones realizadas que han hecho aflorar restos de la Segunda Edad del Hierro (una investigación oficial deberá dilucidar si ha habido también destrucción de bienes) y si estas excavaciones se han realizado con todas las de la ley. La facies de lo descubierto no deja dudas: son restos de una o varias cabañas aparentemente vacceas, según los expertos.

No hay duda de que lo aparecido es muy importante en sí mismo. Prueba claramente la existencia de un castro prerromano (oppidum) y confirma lo que era evidente por la cantidad de restos sobre superficie, que el asentamiento humano en esa época tuvo grandes dimensiones y que podría tratarse de la Arbucala vaccea destruida (historiadores romanos y griegos así lo dejaron escrito) por el cartaginés Aníbal Barca en el 220 antes de Cristo, afirmación que solo podrá probarse con una excavación reglada.

El ámbito rural está dando las boqueadas, pero no debe morirse sin patalear. La Tierra del Vino en este caso necesita un símbolo y lo tiene bien grande, la Cuesta del Viso, donde estuvo enclavada la ermita que guardó a la patrona de la comarca hasta 1792.

Ahora tiene que exigir, unida, que se expurgue su catedral más visible hasta que se demuestre, o no, que acogió la Arbucala vaccea, extremo ya reconocido por la propia Junta en la memoria de declaración BIC, aunque ahora se muestre mucho más cauta.

Por cierto, el Gobierno Regional debería buscar un nuevo emplazamiento para el depósito soterrado. No se puede perder el proyecto. Y lo último: gracias a este periódico y a Irene Gómez por su compromiso, agradecimiento a Carlos Sanz Mínguez, director del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg de la Universidad de Valladolid, y a quienes (gente de la zona) han estado vigilantes y denunciaron las prospecciones.

Por cierto, alguien (y aquí incluyo a todos los alcaldes de Tierra del Vino) podría empezar a preparar ya para el próximo verano la recreación de la batalla entre Aníbal y Arbucala como atractivo turístico.

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