Al grano

Desafección

Los zamoranos y zamoranas no creen en sus políticos, no confían en ellos

Concentración para pedir la reapertura del tren Ruta de la Plata, cerrado hace 39 años

Concentración para pedir la reapertura del tren Ruta de la Plata, cerrado hace 39 años / JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ

Celedonio Pérez

Celedonio Pérez

La concentración del pasado domingo en Zamora para la reapertura de la Ruta ferroviaria de la Plata, cerrada por el gobierno socialista hace 39 años y no reabierta por la Administración del PP, escenificó la desafección de la ciudadanía con la clase política. Lo clavó Carlos Gil en el titular de la crónica publicada en este periódico: “Doscientos zamoranos, la mitad políticos, piden la reapertura de la Ruta de la Plata”. Los zamoranos y zamoranas no creen, y esto ya lo digo yo, en sus dirigentes, no confían, no se fían de ellos, saben que no pueden esperar nada —o casi nada, vamos— de su gestión al frente o desde las instituciones.

No tiene culpa la Asociación Zamorana Ferroviaria, convocante de la concentración, de la falta de respuesta ciudadana; de hecho hay que felicitar a esta plataforma civil porque es una de las pocas de la provincia que no dan su brazo a torcer, que no se cansa de reivindicar lo que es justo y que sigue ahí, erre que erre, luchando contra una ignominia que evidencia, cada día, la dejación de funciones de los distintos gobiernos y centros de poder con esta provincia.

Los ciudadanos no fueron a esta concentración, como tampoco a la penúltima —y no, no fue porque en el trastrás cayeran chuzos de punta— porque están hartos, porque son conscientes de que el Gobierno actual —ni otro que hubiera— va a reabrir la Ruta ferroviaria de la Plata. Las vías se han dejado morir de viejas, lo mismo que la provincia. Hay otras prioridades, hay que atender las peticiones de los más, ir a alimentar otras bocas, aquellas que de rebote dan de comer a los que mandan.

¿Entonces, qué hacemos? Cerramos la provincia, nos declaramos en rebeldía, no vamos a votar en las próximas elecciones, ¿qué hacemos? Dígamelo usted, seguro que estarán preguntando ahora. Es muy fácil hablar de la faena del torero desde la barrera, sin estar expuesto a una cornada, ¿verdad?

Es complicado porque la falta de liderazgo que ha maniatado el futuro de esta provincia desde hace décadas y décadas complica mucho cualquier movimiento hacia adelante. Los zamoranos estamos desarmados porque entregamos nuestras defensas hace mucho tiempo, hace siglos, según algunos, ¿qué se puede hacer?

Pues empezar desde abajo, como ha hecho la Asociación Zamorana Ferroviaria, potenciar las plataformas civiles, las asociaciones de ciudadanos críticas con el poder, exigir desde el sentido común, gritar que no queremos desaparecer como entidad administrativa. Ah, y eludir las zancadillas de los partidos políticos, pegados al poder y al interés particular de grupo, qué pena.

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