La Opinión de Zamora

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Al grano

Los arrestos, el fuero y el huevo

Zamora, grogui, es incapaz de oponerse al destino fatal que le están marcando

Pancarta de protesta contra la despoblación JAVIER DE LA FUENTE

Hay que tener muchos arrestos en esta provincia para no tirar la toalla ante lo que, un día sí y otro también, nos cae encima. Hay que tener el ánimo del incauto que sigue buscando la aguja en el pajar (por cierto, ya son ganas de tocar las narices e ir a esconder el imperdible entre el bálago). Las previsiones demográficas oficiales son demoledoras y nos sitúan a la cabeza del país en porcentaje de pérdida poblacional en los próximos años, más incluso que en las últimas décadas. Y mientras, los gobiernos vuelven la cara, se abrazan al cortoplacismo electoralista y nos dejan como boñiga al sol.

Los presupuestos del Estado para 2023 son una ofensa para esta tierra. Lástima que tampoco tengamos confianza en los que están por venir de la Junta. El que manda (en general) es experto en el uso de la calculadora y se olvida de los índices correctores, nunca de la matemática parlamentaria. Las cifras de proyección de población del INE nos avanzan lo que va a venir: un mayor desequilibrio territorial que reventará la España vaciada, absorbida hasta la náusea por el ansia zampona de Madrid, Cataluña y el País Vasco.

Pero si todavía nos queda un poco de dignidad, deberíamos patalear, gritar, salir a la calle, exigir lo que nos corresponde. ¿Y qué nos corresponde?

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Si ante estas previsiones que agrandan los padecimientos de las últimas décadas no hacemos nada, pues eso, quizás nos merezcamos lo que tenemos y habrá que hacer mutis por el foro, tirar la toalla y desaparecer por la gatera del futuro infestado de injusticia. Pero si todavía nos queda un poco de dignidad, deberíamos patalear, gritar, salir a la calle, exigir lo que nos corresponde. ¿Y qué nos corresponde?

Un tratamiento más justo del Estado en su conjunto, que se reconozca lo que hemos aportado y lo que aportamos (¿pero qué aportáis si sois cuatro gatos? Ya os damos pensiones, subvenciones y prestaciones varias). Estamos descontaminando el país, haciéndolo más vivible, manteniendo un medio que usan parte del año quienes viven en las ciudades, produciendo alimentos de calidad, criando y educando a quienes se van a trabajar fuera...

(Sí, ya hemos escuchado muchas veces esas monsergas, pero aquí no se mueve ni Dios. Nadie va a reconocer lo que se ofrece a cambio de nada). Pues eso, nuestro problema es que se nos están acabando los arrestos, que hemos bajado los brazos y ya no pedimos ni el fuero ni el huevo. Pues oye, ajo y agua. ¡Ah, y en las próximas elecciones no nos olvidemos de votar a nuestros demonios! Son los que nos mantienen vivos.

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