La Opinión de Zamora

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Al grano

Denunciar a los “cortacéspedes”

El desarrollo de Zamora está lastrado por una actitud mental miserable

GALERÍA | Los premios de Caja Rural, en imágenes José Luis Fernández

Las sensaciones, como presentimiento de un hecho, tienen condición etérea y viven en el aire como los amores platónicos. Pues uno tiene ahora la sensación de que en Zamora, en el árido presente de esta provincia, algo ha cambiado en las últimas semanas. Parece como si ese destino garabateado de nubarrones y que todos aceptábamos como inevitable y lugar de descanso eterno se hubiera prendido en una zarza; algo ha pasado o, al menos, hemos notado de repente el enganchón y en esas andamos: un poco confundidos y a la espera de que ocurra algo, ¿qué?. Quien lo sepa que tire la primera piedra.

Es verdad que el éxito de Fromago ha aclarado un poco el vaho de la ventana desde la que mirábamos hasta hace nada. Es verdad que necesitábamos como el agua respirar sin chocar en la pared de arriba, en el pericardio, y hasta hemos agrandado por necesidad las bondades de la feria del queso. Todo sea por el afán de resiliencia de esta provincia que se niega a desaparecer administrativamente.

“Celedonio, si queremos que esto cambie, tenemos que cambiar por dentro y olvidarnos de esa actitud cainita que nos corroe. Hay que denunciar a los “cortacéspedes”...”.

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Es cierto que algo ha cambiado y se notó en el ambiente que reinó, el pasado viernes, en la gala de entrega de premios de la Fundación Caja Rural de Zamora, termómetro impagable del estado de ánimo de la provincia.

Hay en el aire, insisto, esa sensación de que algo puede cambiar a mejor, y ahí encajaría la iniciativa de ese grupo de empresarios –muchos de ellos jóvenes- de reconstruir Zamora 10, una plataforma que, con defectos, que los tiene, se ha convertido en la última tabla a la que agarrarse para intentar sortear el temporal que viene engallado y con ganas de convertirlo todo en cachivaches.

Pero no nos engañemos, si queremos que Zamora apruebe al menos alguna de sus asignaturas pendientes, tenemos que hacer análisis individual y superar esas trabas mentales que nos llevan del ronzal. Alguien con mucho criterio me lo dijo hace unos días: “Celedonio, si queremos que esto cambie, tenemos que cambiar por dentro y olvidarnos de esa actitud cainita que nos corroe. Hay que denunciar a los “cortacéspedes”...”.

Me quedé enredado en la frase unos instantes antes de asentir. Es verdad, habría que señalar con el dedo a esos que están en contra de todo, sobre todo de lo que supuestamente amenaza sus intereses. Miserables somos y haberlos, haylos. Pues vamos a señalarlos.

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