Poco más se puede escribir de Fromago de lo que ya se ha escrito: éxito rotundo, inyección de autoestima, Zamora en el mapa europeo del queso, 300.000 visitantes, por encima de las previsiones más optimistas, el punto de partida hacia un futuro menos espinado, los alimentos de la provincia aprueban con nota el examen de los consumidores de calle, parabienes a Zamora 10 por la idea, al presidente de la Diputación, Francisco Requejo, por el impulso institucional, al equipo de Gobierno provincial por su dedicación durante meses a un evento que se ha preparado a conciencia, a Caja Rural por estar siempre ahí, a los queseros, auténticos protagonistas, por dar la talla, a los hosteleros por haber hecho piña…

La feria, es verdad, ha ido de carril (hasta el tiempo se puso meloso y mollar) y ha conseguido con creces uno de sus objetivos, el de convertirse en un acontecimiento popular. Los otros objetivos iremos viendo a medio plazo si se van concretando. Hay dos muy importantes: lograr que el certamen se vuelva a celebrar dentro de dos años y con vocación más internacional si cabe, lo que lo consolidaría como bienal y, por tanto, como cita obligada para industriales de los países con más vocación quesera del mundo, y amarrar un acuerdo institucional para que la escuela interprofesional láctea de Zamora (EILZA) tenga ámbito y carácter nacional.

Este último objetivo sí que es trascendental para la provincia. España no tiene (y la necesita) Escuela Interprofesional Láctea Nacional al contrario de lo que ocurre, por ejemplo, en Francia, Alemania, Dinamarca o Reino Unido, donde se forman todos los años miles de profesionales. Zamora ha dado el paso y necesita la homologación. Ningún lugar del país reúne tantos motivos para acoger un centro de estas características como Zamora. Ahora lo que necesita es el apoyo imprescindible del Ministerio de Agricultura y de un grupo de patronos solventes. Todos tenemos que empujar hacia el mismo sitio.

Volviendo a Fromago, solo una pregunta: ¿Por qué no han estado en la feria ni el presidente de la Junta ni el ministro de Agricultura? El primero sí sé que fue invitado, el segundo no sé. Después hablan de la desafección de los votantes con los políticos. Y aquí va una sensación –seguramente equivocada- de mi lado más Pepito Grillo: creo que en la feria ha habido poco protagonismo de ganaderos y pastores, integrantes del primer eslabón de la cadena y quienes más cariño necesitan en estos tiempos de dificultades.