El proyecto de cooperación transfronteriza Vitisad, una iniciativa franco-española financiada con fondos europeos, ha centrado este martes la jornada técnica "Viticultura ante el cambio climático", organizada por el Gobierno de La Rioja para analizar las actuales estrategias e indicadores de sostenibilidad en el cultivo de la vid.

El fin de Vitisad consiste en desarrollar y estudiar prácticas agronómicas que permitan mantener la calidad de los vinos en condiciones de cambio climático, así como evitar los riesgos medioambientales que provocarían estas futuras condiciones climáticas.

Los investigadores y técnicos de las bodegas participantes en Vitisad han detallado los progresos obtenidos en este proyecto, integrado por cinco socios dedicados a la investigación vitivinícola del suroeste de Europa, ha detallado el Gobierno riojano en una nota.

El investigador en Viticultura del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León, Jesús Yuste, ha señalado que "las tendencias de calentamiento ya se plasman en el adelanto fenológico, que se cifra entre 5 y 10 días por cada aumento de grado".

Déficit hídrico

Ello supondría, en un término medio, que el ciclo de la vid puede estar adelantado en 17 días, lo que significa "un cambio enorme en cuanto a condiciones de maduración de la uva", según Yuste, quien ha mencionado, entre las estrategias de adaptación del cultivo de la vid ante el cambio climático, reducir los excesos térmicos en hojas y racimos y evitar el déficit hídrico que resulte inadecuado o excesivo.

Los socios son la Dirección General de Agricultura y Ganadería del Gobierno de la Rioja, como integrante del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV); el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario (NEIKER), que actúa como coordinador; la Dirección General de Desarrollo Rural del Gobierno de Navarra; la Cámara de Agricultura de los Pirineos Atlánticos y el Instituto Francés de la Viña y el Vino (IFV).

Este proyecto, con una duración de 32 meses, finalizará durante el actual mes de mayo, aunque varias acciones de comunicación y líneas de trabajo se prolongarán en el tiempo.

Durante las próximas semanas se publicará una guía de manejo sostenible del cultivo, que recopilará las principales consideraciones del Vitasad y que incluirá un análisis de las prácticas vitícolas que mejor se ajustan a un escenario climático cambiante, ha detallado el coordinador del proyecto e investigador del ICVV, Sergio Ibáñez.

Parcelas piloto

Además de los ensayos agronómicos clásicos, el proyecto se desarrolla con la colaboración de parcelas piloto de las bodegas riojanas Vivanco, Solar de Samaniego, Ontañón, Bilbaínas, La Rioja Alta y Campo Viejo Pernod Ricard.

Ibáñez ha detallado que desde La Rioja se ha liderado la experimentación en las prácticas de eficiencia en la utilización del agua de riego, para lo que se han utilizado diferentes técnicas y se han asociado al empleo de cubierta vegetal y al establecimiento de cubiertas vegetales como sistema de mantenimiento del suelo para combatir la erosión, mejorar la calidad del suelo y equilibrar la componente vegetativa y productiva de la cepa.

El jefe del Servicio de Investigación Agraria y Sanidad Vegetal del Gobierno de La Rioja y vicedirector del ICVV, Enrique García-Escudero, ha subrayado "la importancia de transferir el conocimiento al sector" para establecer estrategias y políticas de gestión frente al cambio climático.

La sostenibilidad tiene que ser absolutamente integrada entre los aspectos sociales, económicos y medioambientales

El profesor de Viticultura y responsable del Grupo de Investigación de Viticultura de la Universidad Politécnica de Madrid, José Ramón Lissarrague, ha defendido que "la viticultura sostenible supone equilibrar la viabilidad económica, la equidad social y el buen estado del medio ambiente".

"La sostenibilidad tiene que ser absolutamente integrada entre los aspectos sociales, económicos y medioambientales", ha añadido este profesor, para quien "ejercemos la viticultura en condiciones medioambientales que tenemos que tratar e intentar mejorar, pero no se pueden cumplir los objetivos medioambientales y sociales si los económicos no se cumplen".

Ha precisado que la viticultura sostenible persigue el diseño y plantación de viñedos; aplicar técnicas de cultivo ambiental y económicamente adecuadas, que produzcan uvas que alcancen potenciales enológicos y rendimientos adecuados para conseguir viñedos viables y minimizar los impactos en el medio ambiente, por lo que "las iniciativas sostenibles requieren de planificación y evaluación".

Además, el catedrático emérito de Viticultura de la Universidad Politécnica de Madrid, Vicente Sotés, ha recordado el objetivo del Pacto Verde de la UE de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 en un 55 % respecto a 1990 y ser el primer continente neutro para 2050.

En referencia al compromiso con la sostenibilidad, ha asegurado que "hay un incremento de la sensibilidad en el sector" y ha abogado por "estrategias globales para soluciones locales", por la I+D para asegurar el futuro del sector y por la capacitación de técnicos para los retos de futuro. EFE.