Noviembre es ladrón y cabrón, un mes mentiroso que se anuncia como noveno y resulta que es el undécimo del año. Es un maldito come luz que esconde la claridad en las hojas pochas de los árboles, mientras se mete dentro, en el ánimo oscuro de los humanos y aflora en las madrugadas en vela, cuando los asideros emocionales se desprenden por el peso –y el poso- del rocío congelado. Hay que pedir firmas para que noviembre será retirado del calendario y con él todo lo que significa: podredumbre, desánimo, quiebra, esa languidez enfermiza que arrastra la luz tocada de ala, la soledad no deseada, los malos pensamientos, el tapón de la gatera…

Mientras tanto, mientras el Parlamento da luz verde a la iniciativa legislativa popular para enclaustrar noviembre en una pompa de hormigón forrada de acero inoxidable, tenemos que buscar antídotos contra su reguero de desgracias.

El arma más efectiva contra sus males es el optimismo, a él tenemos que agarrarnos para hacer cuerpo y embestir a la bestia que nos enfila con mirada torva. Aquí va mi propuesta, que vale también para el común zamorano. Hay mentiras piadosas que sirven para seguir adelante.

Este noviembre va a ser luminoso. Lloverá lo necesario para que irrumpa la sementera con la fuerza de una seta de cardo. La pandemia será domeñada y pasará al redil del sistema sanitario. El proyecto para recuperar Monte la Reina recibirá un impulso extra, inesperado, de los Presupuestos del Estado, que también excarcelarán un porrón de fondos para desdoblar la N-122 hasta Portugal, rehabilitar todo el recinto amurallado de Zamora y el polígono Puerta del Noroeste de Benavente. Los planes europeos traerán una sorpresa de última hora: habrá dinero para impulsar la banda ancha en toda la provincia y los trabajos estarán concluidos en meses…

Y, tachín, tachín, lo más importante: durante este mes se dará a conocer un descubrimiento revolucionario que acabará con todos los males del alma: una pastillita inocua y hala, a cantar y a bailar, fuera ansiedades y malos rollos.

Noviembre, de verdad, por una vez se va a portar y será de bienes. Vamos a empezarlo con el ánimo del neófito. Y si, como esperamos, este año se redime, no pediremos que sea retirado del calendario. Ya sabes, majo, a cumplir y a romper esa aura de ladrón y cabrón que tienes.