Cuatro de cada diez titularidades compartidas en el sector agrario nacional se encuentran registradas en Castilla y León, con un total de 380 explotaciones en este tipo de situación entre el hombre y la mujer, tal y como señaló la directora general de Desarrollo Rural de la Consejería de Agricultura, María González, quien, sin embargo, y a pesar del importante peso en este segmento en España, comprometió el apoyo de la Junta para incrementar esta cifra, ya que es necesaria para el reto demográfico.

Así se puso en valor ayer en la jornada “Mujeres de cooperativas: agentes de cambio para la sostenibilidad de lo rural”, organizada en Valladolid por la Asociación de Mujeres de Cooperativas Agro-alimentarias de España (AMCAE), foro en el que se expuso también la Estrategia del Emprendimiento de la Mujer en el Ámbito Agrario, que cuenta con una inyección de 50 millones de euros para que 10.000 mujeres se incorporen al mercado laboral o mantengan su puesto de trabajo en la Comunidad.

González sostuvo que el peso de la mujer en la base social de las cooperativas ronda el 20 por ciento en la Comunidad, lo que se traduce aproximadamente en 9.500 féminas. La cifra es ocho puntos inferior a la media nacional. En este sentido, la presidenta de AMCAE, Jerónima Bonafé, matizó que en 2010 la asociación encargó una radiografía de la situación de las cooperativas y su vínculo con la mujer, que desvelaba una base social femenina del 25 por ciento, porcentaje en España, que se ha elevado al 28 por ciento en 2019, según el Observatorio de Cooperativas Agroalimentarias.

En lo que se refiere a los consejos directivos en las propias organizaciones, las cifras son paralelas en Castilla y León y en el conjunto de las autonomías, con un siete por ciento y un ocho de presencia femenina, respectivamente. Bonafé apeló a la necesidad de apostar por políticas que arraiguen a la mujer en el medio rural.