La Unión Europea ha dado luz verde a la modificación del pliego de condiciones de la Indicación Geográfica Protegida Garbanzo de Fuentesaúco con el fin de adaptar la producción a las nuevas circunstancias climáticas y de producción, permitir la libre circulación y libre prestación de servicios cumpliendo con la reglamentación europea vigente. Una de las modificaciones afecta a las características del producto. La horquilla del peso de 100 garbanzos secos se amplía ligeramente en el margen inferior, pasando de 40 a 35 gramos, un cambio justificado por la climatología actual, que “es impredecible”.

Hay años de escasez de lluvias y altas temperaturas que hacen que la planta del garbanzo pase una situación de estrés que genera una reducción del calibre del garbanzo, provocando que el peso de 100 garbanzos no supere los 35 gramos, argumenta el Consejo Regulador de la IGP Garbanzo de Fuentesaúco. “Está demostrado que el calibre no interfiere en ninguno de los parámetros organolépticos que definen al Garbanzo de Fuentesaúco. Al contrario, un calibre más pequeño, producido por condiciones climatológicas extremas, se traduce en una mayor capacidad hidratación, produciendo una mejora de los parámetros organolépticos” precisa el informe del Consejo Regular Regulador.

Respecto al método de obtención se han modificado determinados aspectos para incluir los suelos de textura “arenosa”. Además se modifica la dosis de siembra, bajando a 70 kilogramos por hectárea, debido a que la maquinaria existente en el mercado actual permite dosis de siembra inferiores sin provocar ningún perjuicio a la producción de garbanzo. También se han eliminado los rendimientos de las parcelas que se encuentran entre los 600 y 800 kilogramos por hectárea ya que estas cantidades pueden variar en función de las características climatológicas de la campaña.

Otro de los cambios afecta a la forma de envasado, permitiendo el método manual, con el fin de no poner restricciones a empresas pequeñas que opten por esa técnica.