I. G.

COAG de Castilla y León pide que los agricultores y ganaderos se sitúen entre los grupos de “profesionales esenciales” para recibir la vacuna contra el COVID. Destaca que su función en el sostenimiento de la sociedad “es incuestionable y como tal debe ser también considerada por las autoridades sanitarias a la hora de determinar las preferencias de vacunación”.

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, dijo: “El campo ha demostrado una vez mas que es uno de los principales activos de la sociedad”. Y el ministro de Agricultura Luis Planas, confirmaba también ante COAG: “No me cansaré de decirlo, los agricultores y los ganaderos están demostrando un comportamiento extraordinario en unas circunstancias tremendamente difíciles”. Por tanto, ¿a qué esperamos?, se pregunta el sindicato.

La organización agraria defiende que los campesinos “no pararon ni un segundo en su labor de proveer de alimentos a toda la población española que permaneció en sus casas para eludir los contactos sociales y luchar así contra el coronavirus. No hubo desabastecimiento, no hubo desmayo, no hubo ninguna duda de que se trataba de sacar adelante un país. Además, en los ratos libres los campesinos ponían sus tractores a disposición de los ayuntamientos para desinfectar de coronavirus aquellas zonas que se consideraban más calientes en los potenciales contagios”.

En todos los círculos que han comprobado la actuación de los profesionales del campo se reconoce que su labor ha sido “esencial”. Con este argumento, COAG pide a las autoridades sanitarias que sean también incluidos en el grupo de trabajadores esenciales, que según todos los indicios se vacunarán en una segunda ola tras el personal sanitario, mayores y personal de residencias.

“Resulta evidente que su función en el desarrollo de la sociedad es incuestionable y como tal debe ser también considerada por las autoridades sanitarias”.