Una docena de cooperativas agroalimentarias integradas en Urcacyl (Unión Regional de Cooperativas de Castilla y León) ha presentado 27 proyectos con una inversión de 72 millones de euros par abeneficiarse del Plan Europeo de Recuperación, Transformación y Resiliencia, aprobado por la Comisión Europea con motivo de la crisis generada por la pandemia del COVID 19.

Con estas iniciativas se pretende impulsar la actividad de la producción y de la industria agroalimentaria desde las cooperativas. Las entidades que han presentado proyectos son las entidades asentadas en Zamora, Cobadu y el Consorcio de Promoción del Ovino, además de las regionales de Acor, Cuatro Rayas, Tierra Aranda, CAR, , Copiso, Dehesa Grande, La Manchada, Pecogasa, Ucogal y Vega Esla.

España percibirá 140.000 millones de euro de ese plan europeo, de los cuales la mitad servirán para propiciar inversiones productivas que vayan dirigidas a la mejora de la digitalización de la actividad, la mejora de la eficiencia energética o de la incorporación de energías renovables o la creación de empleo, entre otras.

Las cooperativas agroalimentarias han planteado sus propuestas de actuación a medio y largo plazo a la Junta de Castilla y León, que las ha recogido para transmitírselas a las administraciones nacional y europea. Según Urcacyl, "se pretende actuar en inversiones productivas y sostenibles, incorporando para ello nuevas tecnologías que contribuyan al equilibrio de los eslabones de la cadena alimentaria, a mejorar la posición de agricultores y ganaderos, al rejuvenecimiento e incorporación de la mujer al sector primario, a la digitalización y la promoción de la excelencia y calidad de las producciones agrarias y de la industria transformadora".

Las cooperativas plantean la puesta en marcha de nuevas instalaciones agroindustriales más modernas y eficientes

Dentro de los planes presentados por las cooperativas tiene un lugar destacado la disminución del uso de combustibles fósiles, con la sustitución, mejora y modernización de equipos antiguos, la implantación de calderas de biomasa, sistemas de cogeneración, impulso a la movilidad eléctrica y el uso de energías renovables. También se contempla en los planes lo relativo a la economía circular, persiguiendo el ahorro de recursos (agua, suelo, residuos, energía), a través de sistemas de digestión anaerobia, deshidratado de fangos de EDAR o la gestión cooperativa de residuos ganaderos. La digitalización en las empresas hacia la economía 4.0 está igualmente representada mediante inversiones en software o equipos de control de la actividad industrial, control de calidad de procesos y comercialización, big data, ciberseguridad o sistemas digitales de relación con los socios.

Las cooperativas plantean también la puesta en marcha de nuevas instalaciones agroindustriales más modernas y eficientes, que permitan un crecimiento de la transformación de productos primarios. Hay iniciativas como fábricas de pienso, plantas de blending, seleccionadoras de semilla, instalación de preparación de vacuno vivo para exportación, torres de secado, ampliación o mejoras de embotellado en bodegas o de la tacha continua vertical para bajos productos y mejora del sistema de recepción en remolacha.

Del mismo modo se prevén sistemas de mejora de la calidad en las fases de producción y transformación (ampliaciones de explotaciones ganaderas para la mejora de la eficiencia y la competitividad) y el fomento de la economía social a través de cooperativas y sociedades laborales, tanto de los productores como de las industrias.

Urcacyl valora que "todas estas acciones son claves en el territorio pues además de asentar población y generar riqueza en las explotaciones agropecuarias de las cooperativas, atraen a otros sectores económicos hacía el medio rural".

 

Desde Urcacyl se recuerda que las cooperativas agroalimentarias de Castilla y León tuvieron un crecimiento económico, entre 2018 y 2019, del 12%, pasando de facturar 2.553 millones de euros a facturar 2.866 millones de euros.