Mal vamos si el Gobierno pretende combatir la despoblación con actores locales y no desde el BOE, como acaba de anunciar Teresa Ribera, vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en el marco de la jornada Razones para Quedarnos que ha organizado este periódico. Mal vamos porque aquí apenas quedan actores locales ni emprendedores ni empresarios ni gente. Por eso necesitamos el apoyo de quienes durante décadas nos lo han negado, empeñados en construir esa "España absurda en la que toda la población y todos los polos de atracción industrial y servicios" (Ribera dixit) estaban en Madrid y la costa, principalmente en Cataluña y País Vasco.

Por estas tierras estamos ya hartos de que se nos toree con el trapo del desprecio. Promesas, promesas y buenas palabras que se pudren y acaban en el cubo de la basura. Estamos como estamos porque desde los gobiernos, de uno y otro signo (incluidos los del franquismo), nunca se ha invertido en las provincias de interior, las que han mantenido el sistema y el bipartidismo.

No nos fiamos ya de la "colaboración necesaria" entre instituciones porque cada una se mueve a golpe de timón del partido de turno. La jornada del pasado miércoles volvió a ser un espejo de esta andadura por libre. Por la mañana hubo muchos socialistas y por la tarde aparecieron muchos populares. ¿Por qué? Por eso. Por cierto, nadie admitió responsabilidad alguna por la situación actual de la provincia.

La repoblación no se puede hacer ahora como en el siglo XI, no hay tierras que ofrecer. Tiene que hacerse con incentivos, con ayudas, con discriminación positiva, usando el BOE, pagando una parte de la deuda histórica que el país tiene con estas tierras, que se han desangrado mandando trabajadores a aquellas comunidades que ahora, ingratas e insolidarias, quieren independizarse.

Queremos que nos devuelvan el agujero del dónut para rellenarlo con masa de aceitada. Para eso debe servir el BOE, para hacer justicia. Y país.