Más de cien mil personas reivindicaron el domingo en el País Vasco el derecho a decidirPaís Vasco. O sea a pedir la independencia. A la cadena humana, organizada por la plataforma Gure Esku Dago (Está en nuestras manos), se unieron cargos institucionales del PNV, partido que gobierna en Euskadi, el mismo que acaba de lograr una "propina", primero del PP y después del PSOE, de 540 millones que se incluyen en los Presupuestos Generales del Estado en partidas extras para Euskadi, en detrimento de las que aquí deberían haber venido.

Creo en justicia que mucho más derecho que los vascos (o los catalanes) tenemos las gentes de esta tierra a movilizarnos, a protestar por un estado (real) de humillación. Propongo una cadena humana desde Castilla y León hasta el País Vasco y otra hasta Cataluña.

La que llegue a Euskadi lo debe hacer encabezada por el lema "Marcha por la dignidad". Y una vez allí, de forma pacífica, pedir cuentas por esos 540 millones que nos acaban de quitar. Y por los miles y miles (de millones) que en las últimas décadas han volado de aquí para allí, para contentar a los vascos, principalmente, para que no pidan la independencia.

También hay que preguntarles sobre las decenas de millones que pagamos todos los años de IVA a su gobierno, muchos por la factura de la energía eléctrica, esa que se genera en nuestros valles y pagamos más cara que en ningún sitio. Pedirles cuentas por las inversiones que el Estado (opresor) ha hecho allí y no aquí. Por el más de un millón de habitantes que han salido de esta tierra a trabajar a otras buscando el beneficio del dinero de todos...

La cadena humana que llegue a Cataluña ha de presentarse anestesiada. Y por Dios, que nadie vista de amarillo. Da mal fario.