La "desastrosa" campaña del garbanzo de Fuentesaúco, marcada por la escasez de lluvias y las altas temperaturas, ha mermado el tamaño del producto, que no la calidad, hasta el extremo de que el Consejo Regulador de la IGP (Indicación Geográfica Protegida) se ha visto obligado a solicitar a la Junta la "modificación temporal" de las características del calibre de la legumbre para poder salir al mercado. Este cambio -la primera vez que se solicita en la historia de la IGP de la legumbre- supone reducir el peso de 100 garbanzos secos tras su acondicionamiento, de los 40-50 gramos establecidos en el pliego de condiciones de la IGP a un margen inferior a 33 gramos.

El Instituto Tecnológico Agrario, dependiente de la Consejería de Agricultura de la Junta, ha dado el visto bueno a esta modificación durante la campaña 2016-2017, teniendo en cuenta las adversidades que ha sufrido el ciclo vital del garbanzo. "La escasez de lluvias durante esta campaña y la paralela subida de temperaturas, hicieron que la planta del garbanzo pasara por una situación de estrés indudable, provocando una reducción brutal de la producción, así como del calibre que se quedará en los límites más bajos de su historia".

Cambio climático

Cambio climáticoUn descenso de la producción que se estima en "más de la mitad" respecto a un año normal, como confirma Nicolás Armenteros, técnico del Consejo Regulador de la IGP "Garbanzo de Fuentesaúco". A pesar de la excepcionalidad de esta campaña, castigada por la climatología, Armenteros confirma los efectos a largo plazo del cambio climático que están teniendo consecuencias en el calibre de la legumbre, con una reducción del tamaño.

"La calidad sigue siendo excepcional, pero ya llevamos unos años con el calibre justito para cumplir las características establecidas en la IGP" aclara Armenteros. En base a ello, el Consejo Regulador no descarta solicitar una modificación de los márgenes para que sea definitiva y no temporal, como se ha aprobado en esta campaña.

Estas modificaciones no suponen una merma de la calidad, más bien lo contrario. "Está demostrado que un calibre más pequeño producido por condiciones extremas por falta de pluviometría y altas temperaturas, se traduce en una mayor capacidad de hidratación y esta mayor capacidad supone una mejora de los parámetros organolépticos".

En base a ello se puede concluir que esta campaña ha sido "muy cortita de cantidad pero excepcional en cuanto a la calidad del garbanzo, que ha sido buenísima" precisa Armenteros.