La modernización de los sistemas de riego en el campo de Castilla y León constituye un reto básico para preservar un recurso cada vez más escaso como es el agua, algo más patente si cabe en un año marcado por una pertinaz sequía que ha mandado al traste la cosecha de cereal y que está obligando a adoptar medidas restrictivas a buena parte de los ayuntamientos de la Comunidad. Y es que el sector agrario consume el 80 por ciento del agua y aún así, persiste un alto porcentaje de hectáreas que mantienen los sistemas de riego por gravedad, a manta o a pie, es decir, por inundación. Un despilfarro.

En concreto y según un informe recogido por Ical, del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, el año pasado se regaron en la Comunidad 122.685 hectáreas por gravedad, lo que representa el 28,5 por ciento del total de la superficie en Castilla y León dedicada a cultivos de regadíos, 429.874 hectáreas.

El documento refleja, no obstante, que este sistema tradicional ha ido perdiendo peso año tras año frente a los riegos por aspersión, automotriz y localizado. En la última década, la superficie de riego por gravedad mermó un 26,5 por ciento en Castilla y León. Por el contrario, los sistema de aspersión se elevaron un 10,4 por ciento, hasta las 141.651 hectáreas el año pasado; y el riego automotriz, un 68,4 por ciento, para cerrar 2016, con 139.758. La aspersión se utiliza en el 32,9 por ciento de la superficie regada, mientras que los sistemas automotrices, se emplean en el 32,5 por ciento del global.

Por su parte, los sistemas de riego localizado apenas se emplean en el seis por ciento de la superficie. El año pasado, estos sistemas estaban instalados en 25.780 hectáreas de regadíos de Castilla y León, lo que supone un crecimiento del 84 por ciento respecto a las hectáreas contabilizadas en 2006 (14.006).

Modernización prioritaria

El presidente de Asaja en Castilla y León, Donaciano Dujo, defiende que es prioritario acometer la modernización de la totalidad de las hectáreas de regadíos en Castilla y León cuanto antes, y a partir de ahí empezar a hablar de crear nuevas. En este sentido, recuerda que Asaja votó en contra del plan hidrológico de la cuenca del Duero, porque no aportaba "presupuesto suficiente" para la modernización de los regadíos en la Comunidad.

"La primera prioridad en materia de regadíos tiene que ser la modernización del cien por cien para que no haya ni una sola hectárea que se riegue a pie", resumió el dirigente sindical. En este sentido, recalcó que en primer lugar la modernización permite ahorrar agua que es "un bien escaso"; y en segundo, porque "las hectáreas modernizadas son más productivas, se trabajan mucho mejor y un agricultor puede manejar una explotación más prospera, dinámica y del siglo XXI sin estar con las botas de agua y la azada abriendo y cerrando acequias".

Con todo, Donaciano Dujo quiso reconocer que se "van haciendo cosas" y con el plan de modernización de la Junta se "va mejorando mucho". "Quiero ser optimista y estoy seguro de que de aquí a 2020 la cifra habrá cambado".

Concienciar al propietario

El coordinador regional de la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL), Jesús Manuel González Palacín, insiste en que "hay que hacer un esfuerzo para modernizar el máximo posible" de las zonas regables de Castilla y León. El líder campesino constató que "el agua tal y como están las cosas va a ser un bien cada vez más escaso y hay que apostar por las tecnologías que ya existen para aprovecharla al máximo". "Es un tema vital para el sector", sentenció, para denunciar que en esta materia "no se ha hecho un esfuerzo suficiente".

Por su parte, el coordinador de La Alianza UPA-COAG, Aurelio González, recuerda que llevan años desde su organización advirtiendo de que los más importante para el futuro del sector es la modernización de los regadíos. En este sentido, destacó que es preciso que la Administración se convenza de este hecho y ponga mucho más dinero encima de a mesa. Asimismo, insistió en que es preciso convencer a los regantes pero comentó también que los que tienen que tomar la decisión "muchas veces son propietarios de las tierra de labor, que no son agricultores".