La provincia de Zamora, al igual que toda la meseta castellana, es un terreno eminentemente cerealista en el que los cultivos de trigo, cebada o avena han tenido un protagonismo especial en el campo desde tiempos pasados. Las características de los terrenos de cultivo hacen que se trate de una de las simientas preferidas para el sector agrario provincial y al hilo de ello en el pasado también hubo un desarrollo industrial que en la actualidad se ha traducido en un menor número de empresas harineras pero una especialización hacia la calidad de la que un ejemplo es la Harina Tradicional Zamorana, la única marca de calidad certificada por la Junta de Castilla y León existente en España. En este contexto cerealista en los últimos años se han dado diversos avances en el campo de la innovación y prueba de ello es la introducción de nuevos cultivos cerealistas como el tritordeum, un nuevo cultivo cerealista procedente de una mezcla de trigo duro y cebada silvestre.

La obtención de nuevas variedades cerealistas como esa sólo es posible mediante la aplicación de procesos de investigación y desarrollo que a base de diversas modificaciones y ensayos de nuevos cultivos permiten dar con la fórmula final que resulta ser la más idónea especialmente en parámetros como la resistencia del cultivo o el cumplimiento de las exigencias que demanda la industria de elaboración.

Al igual que en su momento existió un laborioso proyecto de investigación que dio lugar a la expansión del tritordeum como una variedad óptima para el sector cerealista, en la actualidad en Castilla y León se desarrolla otro proyecto que constituye un ejemplo de innovación, desarrollo e innovación. Se trata de una iniciativa que persigue obtener variedades de trigo duro adaptadas a Castilla y León y que sean de alta calidad para la industria transformadora.

Este proyecto novedoso, que cuenta con financiación europea, se desarrolla durante un periodo de cinco años y comenzó a implementarse en diciembre de 2015 mientras que su conclusión está prevista en ese mismo mes, pero del año 2020.

El proyecto de investigación ha surgido porque en España, a diferencia de otros países como Italia, apenas se han producido avances en lo referente a la mejora genética del trigo duro. Es por ello que desde la Junta de Castilla y León, a través del Instituto Tecnológico Agrario, se ha puesto de relieve la necesidad de contar con un programa de mejora propio, capaz de producir variedades de calidad y adaptadas a las zonas tengan que cultivarse como puede ser la basta zona cerealista de Castilla y León en la que Zamora tiene también un lugar importante, especialmente la parte de la provincia que forma parte de la meseta castellana. Con este proyecto, según han indicado desde el Itacyl, se pretende desarrollar para poner a disposición del sector priarmio de la Comunidad Aut´noma variedades de trigo duro capaces de responder a las demandas de calidad del sector transformador.

Otro requisito que se ha considerado imprescindible para el desarrollo de este proyecto de innovación es que esas variedades sean "resistentes a los principales estreses bióticos, con especial atención a las enfermedades", según han detallado los promotores en la memoria del proyecto.

En concreto, este proyecto que ya ha dado los primeros pasos busca desarrollar variedaes de trigo duro que se caractericen por tener una elevada productividad y que a la vez ésta sea lo más estable posible y no registre grandes variaciones de un año a otro. Del mismo modo, se busca que estas variedades se distingan por su elevada calidad que además las haga aptar para las diferentes aplicaciones tecnológicas y en especial para la industria semolera.

También se tendrá que tener en cuenta que estas variedades presentes resistencia genética a las enfermedades fúngicas más importantes del trigo duro, como pueden ser la roya amarilla y de la hoja, la septoria y el oidio. Además, esas variedades deberán estar adaptadas a las principales zonas agroclimáticas del cultivo cerealista en Castilla y León.

El proyecto forma parte de los estudios que promueve Itacyl de generación de conocimiento que estén relacionados con el reto social de la seguridad alimentaria y la agricultura sostenible.