El Real Decreto por el que se establecen las normas reguladoras para la concesión directa de ayudas "de minimis" por hasta un máximo de 20 millones de euros, destinadas a compensar las dificultades económicas en el sector lácteo, entrará hoy en vigor, tras su publicación en el Boletín Oficial del Estado.

El Consejo de Ministros aprobó el pasado viernes la concesión de dichas ayudas extraordinarias que beneficiarán a cerca de 5.600 explotaciones, de las que 1.700 se consideran de primer nivel de vulnerabilidad y recibirán una mayor ayuda, mientras que las del segundo grupo de menor importe unitario rondan las 3.900 explotaciones.

Será una ayuda de 300 euros por vaca, hasta un máximo de 10.000 euros por explotación láctea, para aquellas que no están cubriendo los costes de producción, y de 110 euros por animal para otras explotaciones también afectadas por precios bajos, pero en un nivel inferior de vulnerabilidad económica.

Los ganaderos contarán además con importantes inyecciones de liquidez, como la ayuda de 25,5 millones de euros de fondos comunitarios, más del doble de la ayuda que se dio a España en 2009, que se repartirán el conjunto de las explotaciones.

más las ayudas de financiación.

Según recoge el Real Decreto, la situación crítica por la que atraviesa el sector hace imprescindible instrumentar líneas de apoyo directo, entre las que se encuentran la posibilidad de conceder ayudas "de minimis" a los productores del sector con dificultades económicas.

La reciente eliminación del sistema del régimen de la cuota láctea tras 30 años de vigencia ha coincidido, según Agricultura, con una coyuntura muy desfavorable en el mercado europeo, agravada por el cierre del mercado ruso y el descenso de las importaciones por parte de terceros países, unido a unos niveles de producción por encima de años anteriores y a una reducción del consumo en el mercado interno.

No obstante, el departamento de Agricultura considera que, dada la diversidad productiva de España, no es conveniente conceder una ayuda para todos los productores en activo, sino centrar el esfuerzo presupuestario en aquellos productores que por su propia idiosincrasia están afectados en la actualidad por una menor rentabilidad y soportando mayores cargas financieras.