"Las soluciones han llegado tarde". Esta es la opinión del presidente de la Junta Agropecuaria Local de Toro, Bernardo Caballero, sobre las autorizaciones concedidas por parte de la Junta de Castilla y León para proceder al descaste de conejos, con los que controlar la población de esta especie y evitar más daños en parcelas cultivadas. Y es que, como subrayó Caballero, la elevada población de conejos sigue generando daños y los agricultores temen que puedan extenderse a cultivos tan importantes en Toro como la remolacha o el viñedo. El presidente del órgano agropecuario apuntó que los descastes de conejos han paliado levemente el problema en el caso del cereal, cosecha que también se ha visto afectada por la sequía y "ya no hay solución para los daños".

Ahora, como apuntó Caballero, el peligro radica en el brote de las viñas y de la remolacha, cultivos que también podrían resultar dañados por el ataque de los conejos, porque "se siguen viendo muchísimos en el campo". En este punto, subrayó que, "lo ideal es que, sabiendo que existe un problema, se hubieran hecho descastes mucho antes", ya que, a pesar de las autorizaciones concedidas por la Junta, "hemos llegado tarde y los daños ya no tienen solución". En cuanto a las pérdidas por esta especie aseguró que es complicado cuantificarlas y que, de forma especial, han afectado al cereal aunque ahora el temor de los agricultores es que puedan extenderse a la remolacha y al viñedo. La Junta de Castilla y León se comprometió, en una reunión celebrada recientemente con los presidentes de la Junta Agropecuaria y de la Sociedad de Cazadores de Toro, a agilizar la concesión de autorizaciones para controlar la población de conejos, no solo en la comarca sino también en otras zonas de la provincia en las que también se han detectado daños. Estos permisos concedidos por el Servicio Territorial de Medio Ambiente para el descaste comprenden controles con escopeta y hurón o con red y hurón, porque son los más eficientes para cazar conejos. Las citadas autorizaciones pueden ser solicitadas por los titulares, arrendatarios y el presidente del coto y asociaciones de cazadores. En cuanto al periodo de tiempo establecido para realizar el control poblacional, el solicitante podrá elegir entre dos modalidades, de veinte días naturales consecutivos o cuatro fines de semana, incluidos los viernes.