Una nueva remesa de ganado vacuno, de raza sayaguesa, recogida en explotaciones de Villar del Buey, Gamones y Pasariegos marchó ayer tarde con destino a Holanda y a Alemania, tras una larga mañana de trámites administrativos exigidos para dar luz verde a los certificados que conllevan los traslados internacionales de ganado.

Lo hicieron en un camión, con remolque, cómodamente acondicionados para seguir al pie de la letra la normativa de Sanidad y Bienestar Animal. Salieron de Sayago y del país con los pagos realizados previamente para no dejar atrás deudas pendientes, "que no están los tiempos para mayores concesiones ni a los de la puerta de casa", al decir de uno de los ganaderos.

Son un total de diecinueve animales, pertenecientes a cuatro explotaciones ganaderas, los que en esta ocasión cruzan la frontera hacia Europa, diecisiete hacia Holanda y dos hacia Alemania.

Las reses pertenecen a los ganaderos de raza sayaguesa Bernardo Pérez Moralejo, de Pasariegos, que vendió seis animales; Antonio Domínguez, de Villar del Buey, que ha dado otros seis ejemplares; José Vicente, de Gamones, que se ha desprendido de una vaca y una ternera; y Antonio Vázquez, de Villar del Buey, que suma otros cinco animales a la carga.

Esta aportación viene a sumarse a otras realizadas anteriormente, la última el pasado 24 de noviembre cuando se destinaron 22 ejemplares hacia Croacia. Forma parte de un proyecto europeo, denominado Tauro, cuyo objetivo es emparentar las razas genéticamente consideradas más antiguas del continente, y descendientes del llamado uro, que se da por extinguido de los bosques de Polonia allá por el año 1627.

A las 4.30 horas de la mañana ya estaba el camión en Villar del Buey, pero no pudo partir hasta pasadas las 16.00 horas. "He estado en Turquía y no he necesitado tantos papeles" expresaba Antonio Domínguez, que destacaba la labor realizada por la Unidad Veterinaria de Bermillo de Sayago para resolver unas cuestiones "que son conocidas desde hace tiempo". Las reses deben cruzar los países de Francia y Bélgica para llegar a Ede Gld, en Holanda, o a Bad Sassendorf, en Alemania. Y la denominada por los ganaderos, como "guía", es una documentación rica en identificaciones y detalles sobre el titular, y su explotación, sobre el destinatario, sobre el vehículo, sobre los animales, que en esta caso serán para cría.

También los animales sufrían encerrados desde las diez de la mañana en los muecos, y se mostraban más que inquietos por las extrañas circunstancias de su aprisionamiento. Miraban a las personas como presagiando algo raro. Un animal "recio", al decir de uno de los presentes, dio cierto trabajo porque no se hallaba en el lugar. Metió la cabeza en una puerta, luego el cuerpo en un hueco de la pared, que obligó a ir por un tractor para tratar de sacarlo, aunque no hizo falta porque, en un momento de tranquilidad, y con ayuda de los presentes, volvió a su sitio. "Quieta, hombre, quieta". "Quieta, bonita". "Meter otras a esta dependencia, que no esté sola" manifestaba el ganadero José Vicente, en su empeño porque el animal se relajara. También el conductor Rinus Van Beers colaboró con energía para que el animal recuperara la tranquilidad, así como para que todos se instalarán en la caja de un camión mullido de paja. Son una 27 horas las que tienen por delante, hasta llegar a su nuevo destino.

Los ejemplares fueron separados debidamente, no sin cierto trabajo porque ninguno quería despegarse de manada alguna y quedar solo, pero con unas palabras y unos suaves toques de vara pasaban de una a otra dependencia y, finalmente, por una rampa hacia el interior del camión. El precio de los animales osciló entre los 1.200 y los 2.000 euros.

Antonio Domínguez, presidente de la Asociación de Vacuno de Raza Sayaguesa, señaló ayer que el censo puede estar en estos momentos en unas 800 cabezas de ganado. No todo es fuga de animales, también se han adquirido en Zamora reses que en su día fueron hacia una explotación de la localidad vallisoletana de Morales del Campo. Antonio Vázquez, por ejemplo, ha comprado cinco. "Marcharon de Villar del Buey y sus crías vuelven a Villar del Buey". Es un animal duro, pero noble. Ayer los ganaderos miraban hacia el cielo porque esperan que la lluvia reverdezca los campos para bien de la ganadería.