"Ha hecho bueno en Semana Santa para las procesiones y los turistas, que no está mal, pero ahora nos toca un poco a nosotros" pide Lorenzo Rivera. Pasada la "tregua" de las vacaciones y metidos en el mes de abril, el mundo del campo ya mira al cielo con cierta angustia. No llueve, ni a la vista se atisba una buena borrasca que descargue "30 ó 40 litros para empezar".

Y es una pena porque pintaba bien. "Este año iba muy bueno, prometía, nació bien y las plantas estaban sanas". Pero la falta de agua está chafando tan positivas expectativas. "Los ocho litros que cayeron por aquí antes de Semana Santa dan para aguantar una semana pero nada, es necesario que llueve ya. Yo creo que los próximos quince días son claves" expresa Lorenzo Rivera, agricultor de Peleas de Abajo, quien advierte del riesgo de un ataque de hongos por la falta de agua en el cereal, como pasó el año pasado.

"Algunos han arado las tierras porque ya estaban atacadas. Como empecemos con los problemas de la roya y la septoria (enfermedades) se junta el hambre con las ganas de comer" teme Rivera, quien es testigo de la bonanza del agua a tiempo comparando las parcelas de secano con las que están regando.

"Las tierras de regadío van fenomenal, hay buenas perspectivas con el trigo, la cebada, colza o alfalfa porque tienen humedad y buenas temperaturas; el problema es el secano" lamenta el agricultor de Peleas de Abajo que como tantos compañeros confiesa su dependencia de las páginas del tiempo en Internet, lo mismo que las cabañuelas que no parecen dar buenas noticias. "Están anunciando un frente que viene por el sur pero no tiene pinta de que vaya a traer mucho agua, espero que se equivoquen; lo malo es que pase este frente con unas gotas y a ver cuándo viene el próximo, entonces nos metemos en un problema de verdad".

En la comarca de La Guareña la situación es, si cabe, más apurada porque allí prácticamente ni han visto el agua este año. "Cayeron ocho litros de dos veces y eso no da ni para mojar la planta" expresa José Antonio Perlines desde Fuentesaúco, que ya ve el campo "complicado". "En los forrajes, centenos y vezas las coronas se van agostando; en los cereales se ha parado el proceso vegetativo, la planta no tira porque no tiene agua" explica el labrador saucano, quien coincide con Lorenzo Rivera en el diagnóstico de que "los próximos quince días son claves; si en ese tiempo no llueve, el temprano (cereal de invierno) lo va a pasar muy mal".

Honorio Valdunciel, de Villabuena del Puente, estima que las tierras de siembra temprana "ya están tocadas; si llueve esta semana están a tiempo y da para otro asalto, salimos un poco del sofocón pero la tierra está muy seca, no hay humedad en el subsuelo porque ha sido un otoño paupérrimo y el día que la planta diga se acabó, se acabó". El problema de La Guareña es que los suelos arenosos y de textura ligera no acompañan; "donde hay suelos más duros las plantas aguantan más". Y aunque no ha advertido enfermedades, Valdunciel asegura que "en Salamanca hay lío, debemos estar atentos porque el año pasado costó mucho a atacar los hongos".

En el cercano Toro y su alfoz la cosa no se presenta mejor. "Estamos sufriendo una sequía bestial" apunta Antonio Medina. "Puede que esta zona sea la peor de Castilla y León; antes de Semana Santa hicimos un concurso de arada y la tierra estaba tan seca que no entraba el hierro. En algunos sitios cayó algo de agua pero aquí nada" lamenta el agricultor toresano. "Ahora que las plantas han cogido el mineral lo propio es que tengan aporte de humedad pero el campo está afligido, van tirando un poco porque refresca por las noches pero en Semana Santa ha habido días por encima de los veinte grados, que es una exageración".

Con este panorama Antonio Medina asegura que "la gente está disgustada porque ya nos tememos un segundo año malo, venimos de un invierno de poco agua, no hay reservas y las previsiones del tiempo no son nada alentadoras"

"Vengo de ver las fincas y todo lo que es alfalfa y hierbas se está secando; por aquí igual ya no tiene remedio. Tenía que empezar a llover ya y no parar en unos días, sino es difícil que se recuperen" advierte Abrahám Miguel, de Pajares de la Lampreana. "Las plantas tienen que coger humedad en invierno, no ha sido así porque llovió poco y como no caiga algo enseguida vamos a llegar tarde".

Algo menos apurado está el cereal "porque tiene más aguante pero ya se ve que está sufriendo mucho" precisa el cultivador de Tierra de Campos-Pan, quien apunta no obstante que los "17 litros que llovió antes de Semana Santa aliviaron un poco en esta zona, porque en otras no cayó nada". Abrahám Miguel, como muchos agricultores, se miran en el año pasado y tiemblan; "como no empiece a llover el campo no da nada este año. Y serían dos seguidos".