La campaña de aceituna de este año en el Parque Natural Arribes del Duero ha dejado satisfechos a los agricultores y propietarios de olivos por la abundancia del producto recolectado, que algunos cifran en más de 270.000 kilos entre los sumados por Fermoselle y Pinilla de Fermoselle, las dos poblaciones estelares de este apreciado recurso dentro del espacio protegido zamorano. También resaltan la calidad del aceite, que no deja de ser uno de los productos más definitorios del territorio y que prestigian a la zona en el siempre exquisito sector de la gastronomía.

La campaña todavía sigue en activo por cuanto que algunas personas se resisten a dejar abandonada parte de las aceitunas que todavía colman no pocos árboles, aunque se vean en la necesidad de llevar las olivas a molturar a almazaras más lejanas, pero que aún mantienen abiertas sus puertas y operativas sus máquinas a la molienda.

El rendimiento se estima "entre el 12 y el 13 por ciento" (algunos lo elevan al 14%), según precisan fuentes fermosellanas, que hacen hincapié en un buen año, si bien la cosecha ha resultado inferior al pasado ejercicio. Ponen de manifiesto que la producción ha sido desigual en unas u otras zonas, en consonancia con la bonanza o severidad de las temperaturas; pero todo el mundo repara en que un importante porcentaje queda fuera de la recolección por diferentes motivos.

En Pinilla de Fermoselle la producción de este año se considera como propia de los años más generosos, cifrándose "entre 50.000 y 60.000" los kilos los que han podido recogerse, que está muy lejos de ser el total de las existencias. En esta localidad insisten en la pérdida de producción por la imposibilidad de acceder a determinados olivares por falta de caminos adecuados. Debido a estas cortapisas, a la avanzada edad de los residentes y a que ya van dejando de lado los animales de carga, una buena parte de la cosecha queda abandonada en el campo. "Mitad por mitad" afirman fuentes locales es la cuantía que se recoge y la que se deja pendiente.

A estas alturas del invierno todavía hay algunas personas que están inmersas en la recogida porque desean aprovechar la oportunidad de apañar aceitunas que de otro modo quedarían en el olvido, y lo hacen animados por el deseo de contar con su propio aceite. Algunos vecinos de Pinilla, como José Piriz, han dejado sus propios animales de carga para que los interesados puedan trasladar y sacar a flote el fruto, que luego llevan a una almazara portuguesa que sigue activa y admitiendo en estas fechas la entrada de aceituna para molturar. Es estos momentos, la práctica totalidad de las cooperativas o fábricas de molienda han limpiado ya sus molinos y engranajes.

El recurso del aceite de oliva es uno de los productos destacados de Arribes del Duero y su aprecio se evidencia en que prácticamente todas las familias gustan de aprovechar este cultivo. Son muchas las personas que se convierten en afanadas agricultoras por unas fechas, echando mano de varas, redes, canastos y máquinas vibradoras, así como de otras herramientas necesarias para la poda, limpieza y cuidado de las arboledas.

Empero, el deficiente estado de caminos tradicionales en el Parque Natural Arribes del Duero es una cuestión que levanta las críticas siempre que los oleicultores se enfrascan en la recolección de las olivas porque son numerosos los olivos afincados en los bancales de las zonas bajas del arribanzo, casi imposibles al aprovechamiento.

Antonio Regidor está entre los que afirma haber dejado "cuatro o cinco olivares sin apañar ni una aceituna siquiera porque se recoge la que mejor está y donde mejor está". No solo quedan para casta de grajos las olivas de las zonas con los accesos perdidos o medio perdidos, también algunas producciones de fincas accesibles a un tractor, pero que los propietarios de olivos se inhiben de aprovechar por no añadir costes que pueden dejar en nada la cosecha.

Las penosidad y dificultades por llegar a determinadas fincas ha llevado a algunos particulares a la repoblación de olivos en las fincas próximas al pueblo o lindantes a las vías de comunicación. Una apuesta que, asimismo, revela la importancia que se concede al olivo en el Parque Natural Arribes del Duero.

En Fermoselle todavía hacen referencia a la concentración parcelaria como una reordenación necesaria para sacar rendimiento al campo y hacer una gestión agrícola más beneficiosa y menos esclava. Una reivindicación que lleva lustros en boca de los vecinos, en ocasiones con pasos adelante, pero que no acaba de forma y en la consiguiente consumación.

En estos momentos todavía hay algunas personas de Fermoselle que tratan de sacar rendimiento a la denominada "alberquina", que es de menor tamaño pero de mayor rendimiento. La aceituna y el aceite son una marca de identidad de Arribes.