Todo pasa, decía Machado, y todo cambia, cantaba Mercedes Sosa. Es mucho lo acontecido y lo que ha variado desde que saliera aquel primer número de El Correo de Zamora en 1897. La matriz del actual diario LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA. Tres cuartos de siglo que demuestran la fortaleza de un medio que conserva y renueva el liderazgo en la provincia, su influencia en Castilla y León, gracias, siempre, a la confianza depositada por tantos miles de lectores a lo largo de un tiempo en el que se han sucedido las sombras y las luces.
Gracias al esfuerzo de un grupo pequeño de periodistas impulsado por intelectuales de la época como el que fuera alcalde de Zamora, Ursicino Álvarez, el historiador y marino Cesáreo Fernández Duro o Luis Chaves Arias, precursor de lo que acabaría conformándose como origen de la actual Caja Rural, todo lo acontecido, tanto lo más cercano como lo que ocurría más allá de las fronteras nacionales, ha tenido su reflejo en el periódico de los zamoranos. Somos, con permiso de los académicos, prehistoriadores, en el sentido más etimológico de la palabra: lo que luego será parte de la historia, los periodistas lo vivimos primero, aunque nuestro apego a la inmediatez impida indicar en los titulares la repercusión que tendrá para nuestra pequeña Zamora el asesinato de un archiduque austríaco en un lejano Sarajevo allá por 1914. La I Guerra Mundial, sin siquiera participación española, provocaría cambios sociales e impulsaría la industria harinera en nuestra recóndita provincia. Por contra, la exportación masiva de cereal derivaría en escasez y subida de precios, y hasta revueltas. Cuando la guerra terminaba, a finales de 1918, se empezó a hablar de una rara enfermedad que costaría la vida a 50 millones de personas en todo el mundo. Zamora encabezó el mortífero índice a escala internacional de la mal llamada gripe española. Todo esto ocurría hace más de un siglo y lo atestigua nuestra abultada hemeroteca, pero, tras lo acontecido en estos últimos cinco años suena terriblemente cercano, en el espacio y en el tiempo. Antes de hablar de globalización se aludía al “efecto mariposa”.
Creemos en Zamora, en sus gentes, en sus capacidades, en superar complejos y dejar atrás falsas arrogancias
Pasaron otras guerras, nuevas paces, más conflictos. El mundo siguió cambiando. No siempre para bien. Pero los periodistas seguimos aquí. Contando la carrera espacial en plena guerra fría: la llegada del hombre a la Luna que hizo que todo aquel zamorano que podía se hiciera con un aparato de televisión para escuchar la frase nada espontánea de Neil Amstrong. La historia de la Humanidad se compone de pasos grandes, pero también de muchos pequeños. Para estos últimos también ha encontrado hueco, siempre, LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA. Hay una frase de Albert Camus que refleja muy bien lo que es, o debería ser, la labor del periodista: “No ponerse al lado de quienes hacen la historia, sino al servicio de quienes la padecen”. Solo así se puede explicar que un puñado de periódicos, entre ellos tres de nuestro grupo editorial, Prensa Ibérica, hayan traspasado el centenar de años.
La pervivencia del periódico es, en sí misma, el más puro ejemplo de la práctica diaria de la resiliencia, la capacidad de sobreponerse a obstáculos a cada momento. Llevar hasta sus casas, a través del papel o de Internet, ese acontecer diario no es ninguna rutina. Es un pequeño milagro que se viene repitiendo desde el siglo XIX hasta esta era postmilenial, un alumbramiento con el que esperamos poder seguir iluminando el camino hacia una provincia más próspera, más igualitaria, que sea capaz de conjugar el mantenimiento de las costumbres ancestrales que son nuestras señas de identidad, con el impulso definitivo hacia la modernidad.
En las páginas de este especial encontrarán la máxima que marca LA OPINIÓN-EL CORREO: la pluralidad de ideas, de pensamientos, de libertad de expresión. Podrán leer las exposiciones de destacados políticos, empresarios, los análisis de expertos, la voz de la reflexión de los intelectuales. El objeto último es que tras su examen sean ustedes, los lectores, los que extraigan las conclusiones necesarias. Que conformen una ciudadanía crítica que consolide la democracia que defendemos en nuestro ideario.
Vivimos una época de transformación, de incertidumbre. Mis antecesores en la dirección del periódico en más de cien años deben haber escrito tantas veces las palabras transformación y modernidad como anhelos asociados al porvenir de Zamora que es muy probable que pudiéramos empedrar todas y cada una de las calles de los 248 municipios de esta desperdigada y sufrida provincia. Y no va a ser ahora cuando dejemos de hacerlo, aún siendo conscientes del enorme abismo que se abre ante nuestros pies, con una provincia que sigue perdiendo población porque seguimos instalados en el mismo inicio de ese empedrado. Falta ampliar la evolución que ya se aprecia en algunos sectores, es necesario un cambio de mentalidad que conduzca a la generación de oportunidades en nuestra tierra. Es factible si hay voluntad y sensatez de criterios. Nunca hasta ahora se han conjugado factores como las ayudas de los fondos Next Generation, tras la pandemia de COVID-19, potenciales de talento en nuestro campus y en nuestras Aulas de FP.
LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA se siente abanderado de la lucha contra la despoblación no por publicar cada dato negro de las estadísticas, sino por creer que aún a pesar de eso existe futuro. Nuestro periódico ha sido testigo de tantas resurrecciones como muertes anunciadas, incluida la del propio periodismo. Creemos en Zamora, en sus gentes, en sus capacidades. En la posibilidad de dejar atrás complejos y falsas arrogancias. Aprendamos de lo que tenemos alrededor, comenzando por nuestros hermanos de La Raya portuguesa, seamos capaces de trascender todas las fronteras, comenzando por las que cercan nuestras mentes, como una muralla que debemos derribar con esfuerzo, ilusión y esperanza.
Gabriel García Márquez decía que “ser periodista es tener el privilegio de cambiar algo todos los días”. Desde LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, con el apoyo de nuestro grupo editorial Prensa Ibérica, nos comprometemos a ejercer en el mejor de los sentidos ese privilegio. Para alcanzar la Zamora que anhelamos.
