En un mundo tan acelerado como el actual no es fácil encontrar instituciones con arraigo. LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA ha conseguido el difícil reto de afrontar el paso del tiempo, nada menos que 125 años, manteniéndose como referente de la sociedad zamorana y ocupando un lugar destacado en el selecto grupo de los diarios centenarios de Castilla y León.

Lo realmente importante de todo medio escrito es su capacidad para ser una presencia cotidiana en su sociedad. Para influir en ella, aportando cualificados criterios de opinión. Ninguno sobrevive sin el apoyo y la respuesta diaria de las personas a las que se dirige. 

Así lo ha hecho durante este siglo y cuarto. Y no tengo duda de que así lo continuará haciendo, como privilegiado relator de un futuro que se anuncia apasionante. Porque vivimos momentos de cambios globales que afectan de lleno a nuestra tierra

Por ello, creo que las razones de la longeva existencia de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA las encontramos en su buen hacer para ofrecer a sus lectores una visión ponderada de esa rica y compleja realidad que nos asalta cada día, junto con una primera y atinada reflexión sobre la misma. Si a ello se añade el tamiz de lo inmediato y lo cotidiano, sus cualidades se multiplican.

Así lo ha hecho durante este siglo y cuarto. Y no tengo duda de que así lo continuará haciendo, como privilegiado relator de un futuro que se anuncia apasionante. Porque vivimos momentos de cambios globales que afectan de lleno a nuestra tierra.

Estamos superando, con el esfuerzo de todos, una cruel pandemia que ha causado mucho dolor. Sobre todo por los que ya no están con nosotros, a los que enviamos un emocionado recuerdo, junto con nuestra solidaridad y afecto para sus familias. Solidaridad y apoyo que también dedicamos a todos los que han sufrido esta pandemia en su salud, sus trabajos y negocios o sus proyectos de vida. Superar sus consecuencias es una de las encomiendas principales que asume el gobierno de la Comunidad.

Junto a ello, la conmoción causada por la criminal invasión rusa de Ucrania, a cuyo pueblo enviamos un abrazo fraternal y toda nuestra solidaridad, nos plantea otro escenario inesperado y altamente incierto.

Castilla y León, como España y Europa, afrontan unas perspectivas económicas preocupantes, agravando unos indicadores que ya mostraban tendencias negativas. Con unos costes energéticos disparados que influyen decisivamente en todos los sectores económicos y elevan la inflación a niveles desconocidos durante muchos años. Como consecuencia, disminuye el poder adquisitivo de personas y familias y los costes para numerosos empresarios, autónomos y agricultores se convierten en insostenibles.

Pero, además de estas circunstancias concretas, afrontamos el enorme desafío de integrarnos en un nuevo modelo económico global. 

La Cuarta Revolución Industrial que vivimos nos exige desarrollar iniciativas muy claras. Como apostar por la digitalización de la información, la producción y la prestación de servicios. Por los sectores basados en el conocimiento. Por la educación, la investigación y la innovación como base del futuro. Por el talento humano.

Nos exige apostar por unas inversiones en I+D elevadas a la categoría de estratégicas. O por una nueva industrialización de nuestra economía por su capacidad tractora y de generar empleo estable y de calidad. Exigencias que se extienden a la innovación y a la modernización de nuestros servicios públicos, como una educación o una sanidad sostenidas por las nuevas tecnologías o unos servicios sociales más personalizados.

Y por responder al reto de la sostenibilidad y las energías renovables, donde contamos con un enorme campo de desarrollo. Exigencias, en fin, cuya respuesta debe contribuir a dar respuestas al esencial desafío de la despoblación.

Son retos sustanciales, que tenemos que afrontar sin dudar un instante. 

A este fin, por ejemplo, impulsamos una sustancial reducción de impuestos para conseguir la fiscalidad más baja de la historia de la Comunidad y activar así su vida económica y social. Fiscalidad que será aún más favorable para el mundo rural, vivienda, transporte y autónomos.

Como parte esencial de nuestra economía y nuestra identidad, el mundo rural seguirá siendo indudable protagonista. Apoyando la ganadería. Apostando por el regadío. Reclamando más dinero para la PAC.

Castilla y León cuenta con los mejores servicios públicos y así va a seguir. Para ello, queremos blindar por ley la sanidad en el medio rural. Zamora tendrá, como toda la Comunidad, una sanidad de primera, con médicos y personal de enfermería cerca de las personas, con las mejores infraestructuras y la mejor tecnología en pueblos y ciudades.

Para ello, la ‘Silver Economy” tendrá un protagonismo fundamental en Zamora, que será un centro de innovación tecnológica para mejorar la vida de las personas mayores y que generará riqueza a través del envejecimiento activo. A ello se añadirán nuevos equipamientos como el Centro Cívico, el Conservatorio de Música, el Museo de Semana Santa y el Museo de Tapices, junto a las actuaciones en el Mercado de Abastos o la nueva residencia de mayores.

Otra esencial referencia de esta provincia como es Benavente tendrá también una atención específica. Así, culminaremos la reforma de la residencia de personas mayores «Los Valles», que será un emblema de modernidad, las obras de accesibilidad del IES Los Sauces o la tercera fase del proyecto de regeneración urbana, que está modernizando los barrios de la ciudad. Y continuaremos con el desarrollo del Plan Industrial de Benavente, tan importante para la actividad económica y el empleo, incluido el polígono Puerta del Noroeste.

 También generaremos actividad económica y empleo en las tierras zamoranas con el nuevo Plan de Tierra de Campos y un Plan específico para La Raya, con 40 M€ en 5 años.

Con el mismo promoveremos la inversión, la digitalización y la creación de empleo y oportunidades. Con actuaciones en infraestructuras de transporte y logística. Con un Fondo de Inversión para proyectos industriales. Con tres centros de emprendedores con las Cámaras de Comercio de Salamanca y Zamora en tres municipios de La Raya, y oficinas de la Junta para desarrollar programas de empleabilidad local, digitalización de empresas y emprendimiento femenino.

Y continuaremos defendiendo ante al Gobierno actuaciones esenciales para Zamora. Nuestro compromiso con Monte la Reina es irrenunciable. Y seguiremos reclamando el impulso de los tramos de la A-11 hasta Portugal, el mantenimiento de la N-631 y, en Benavente, el acceso a la Nacional 525 en el cruce de Los Salados y los accesos al Polígono Industrial.

Estamos ante un intenso futuro y esperamos que LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA siga siendo fiel cronista del mismo.