Enhorabuena por el 125 aniversario de La Opinión-El Correo de Zamora. No todas las capitales de provincia de nuestro ámbito nacional cuentan con una publicación centenaria tan exitosa como esta. En el panorama de los medios de comunicación, la cifra produce vértigo. Pocos diarios pueden presumir en España de atesorar una trayectoria tan dilatada y tan apegada a las vivencias y sentimientos de las gentes zamoranas, sean de la capital o de la provincia. Son 125 años cumpliendo su labor informativa al servicio de los ciudadanos y dejando testimonio fiel de tres siglos diferentes de historia como notaria de la actualidad. 

Lo advertía el escritor español del siglo de Oro, Baltasar Gracián: hombre sin noticias mundo a oscuras. Y así coincide este evento con la iluminación por primera vez con luz eléctrica de las calles de la ciudad, donde, en una de ellas, la de San Andrés, hizo su aparición este periódico. 

Sus lectores, a través de varias generaciones, han tenido ocasión de vivir en sus páginas los acontecimientos clave que han marcado su larga singladura, incluidas guerras, cambios de régimen político, la Constitución democrática o el desarrollo autonómico, con Castilla y León como uno de los focos protagonista de las noticias. Pero La Opinión-El Correo de Zamora siempre estuvo junto a la información local, la más apegada al territorio, esa que nos acerca la realidad de los asuntos que más nos interesan y afectan.  

Cuántos trabajadores habrán pasado por sus oficinas, la redacción, los talleres, las imprentas, el reparto o los propios kioskos. Todos ellos son historia viva de un diario cuya vocación es la calle. Su interés por averiguar y dar cuenta de lo que ocurre en ella, encuentra en el lector (en el café, en el sofá de casa, en su lugar de vacaciones estivales) la avidez por saber noticias de casa. 

Hoy también LA OPINIÓN se lee a través de los nuevos formatos de la información digital, en la pantalla del teléfono, del Ipad o del ordenador. El periódico no solo lleva más de un siglo informando; también ha sabido hacerlo con éxito en los nuevos formatos que demanda la sociedad digital. En un escenario globalizado surgen cada vez más instrumentos para acercarse a lo que ocurre al otro lado del mundo. Sin embargo, puede resultar más complicado obtener información de nuestro entorno. En este contexto es indiscutible el valor del periodismo local y del de proximidad. Y en ello La Opinión ha sido ejemplo de honestidad profesional en el ejercicio de las libertades informativas. 

Cambian los tiempos pero no el interés por la información en mayúsculas, la del periódico de toda la vida, la que nos apresuramos a buscar cada mañana para comentarla con los amigos o los compañeros de trabajo. Momentos que, sin embargo, tienen un sentido más profundo: sin los medios de comunicación sería imposible entender el propio concepto de democracia. La libertad de prensa es un pilar fundamental de nuestro sistema de derechos y libertades, y hace más grande y mejor a la democracia. 

La Opinión es un referente para la formación de una opinión pública plural e independiente. Es un medio que informa y que está abierto al debate y la reflexión; es un foro donde es posible encontrar las opiniones más diversas, como expresión del pluralismo que sustenta una sana sociedad democrática.

Como dijo el escritor y Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, el periodismo, tanto el informativo como el de opinión, es el mayor garante de la libertad, la mejor herramienta de la que una sociedad dispone para saber qué es lo que funciona mal, para promover la causa de la justicia y para mejorar la democracia. 

Cambian los tiempos pero no el interés por la información en mayúsculas, la del periódico de toda la vida, la que nos apresuramos a buscar cada mañana para comentarla con los amigos o los compañeros de trabajo.

La historia de LA OPINIÓN-EL CORREO es la historia de Zamora. Sus páginas han relatado su evolución a la vez que han formado parte de los esfuerzos de sus gentes por progresar. Como presidente del Consejo Consultivo de Castilla y León también quiero manifestar ese compromiso de nuestra institución con la ciudad y la provincia. 

El Consejo es una institución de la Comunidad encargada de velar por los derechos de los ciudadanos ante las administraciones; una función indispensable en un “Estado social y democrático de Derecho”. En este ámbito, no somos ajenos a los principales desafíos que esta tierra debe afrontar, entre los que se encuentra actualmente el reto demográfico. En reiteradas ocasiones hemos mostrado nuestra preocupación por ello, porque la prestación de los servicios públicos esenciales en todo el territorio de la comunidad y la despoblación, encierran a veces problemas de ejercicio de los derechos constitucionales. La ciudadanía, aunque pueda desconocerlo, ha de saber que cuando reclama frente a la administración, el Consejo Consultivo está a su lado, como defensor de tales derechos. 

Los zamoranos conocen igualmente que nuestra sede está abierta a toda iniciativa que pueda redundar en beneficio de la ciudad. El compromiso del Consejo se expresa en la exposición “En busca del tiempo perdido. Arqueología e historia en la ciudad de Zamora”, que representa una decidida apuesta por la conservación, protección y difusión de la riqueza histórica y patrimonial de la capital zamorana. La muestra que se exhibe entre nuestras paredes es una oportunidad única para aproximarse a los orígenes y evolución de la ciudad de Zamora, y constituye un legado histórico y arqueológico excepcional, que hemos querido ofrecer a los zamoranos en homenaje a su historia. 

Ocupamos parte del cerro que se levanta a los pies del río Duero, donde moraron los primeros habitantes de Zamora. Con motivo de la construcción del edificio del Consejo (en el antiguo solar del Convento de las Adoratrices) se encontraran vestigios del origen de la ciudad, que datan desde la Edad de Bronce hasta época contemporánea. Las piezas expuestas atesoran un gran valor para el conocimiento de detalles de la vida cotidiana, de las costumbres y de las relaciones comerciales de los zamoranos, a lo largo de su historia. Desde estas líneas animamos a visitarlo.

En fin…la vida, nuestra vida, fluye al mismo compás que el periódico, sin pausa, a veces con sobresalto, porque suceden hechos, como la pandemia, que nos sobrecogen, cambian todo, y convierten en noticia la propia vida y la salud de los ciudadanos. La Opinión ha sabido escuchar a la sociedad y ser su altavoz. Ha acompañado a las generaciones de todos estos años con veracidad, elemento imprescindible de una información cabal. La confianza de los lectores es algo sagrado y se gana a fuerza de calidad y del duro trabajo diario, con rigor y profesionalidad; y La Opinión-EL CORREO ha sabido ganársela a lo largo de su existencia como periódico. Nos unimos a la celebración de estos 125 años. Enhorabuena a todos los que han hecho este periódico tan grande.