En la vida es necesario un plan para acometer y afrontar con garantías las decisiones importantes tanto de la vida personal, empresarial como política. Esta afirmación inicial imagino que sea inicialmente compartida por los lectores de esta publicación especial.

La provincia de Zamora, en mi humilde opinión, necesita hacer y desarrollar urgentemente un plan específico, un Plan Zamora, para cambiar su más que preocupante dinámica demográfica y económica de las últimas décadas. No cabe seguir ignorando la realidad por más tiempo.

Lo mismo que pedimos para la provincia de Zamora es lo mismo que estamos trabajando y desarrollando en Benavente durante los últimos años: un plan, una hoja de ruta con objetivos y acciones claras y la implicación en su desarrollo de las administraciones públicas territorialmente superiores. 

Lo que pedimos para la provincia de Zamora es lo mismo que estamos trabajando y desarrollando en Benavente durante los últimos años: una hoja de ruta con objetivos y acciones claras y la implicación de las administraciones públicas

Benavente cuenta en este momento con dos Planes muy importantes para intentar revertir el proceso de desindustrialización y progresiva pérdida poblacional que vive la ciudad y comarca desde principios de este siglo:

1º.- Plan Territorial de Fomento: Consiste en un Plan de Reindustrialización que tiene como eje central la creación y desarrollo del “Puerta del Noroeste” (una nueva bolsa de suelo industrial de 58 hectáreas) para dar cabida y respuesta a los nuevos desarrollos empresariales e industriales, especialmente, a los sectores del transporte, la logística y las industrias ligadas al sector primario del territorio, aprovechando la situación geográfica de Benavente como nodo logístico principal del noroeste peninsular. Este Plan cuenta con la necesaria participación y el apoyo económico de la Junta y de la Diputación, algo que hay que poner en valor pues la colaboración interadministrativa es básica en proyecto de esta entidad y calado social. 

2º.- Plan de Sostenibilidad Turística en destino: a través de este Plan pretendemos conseguir dos objetivos claros: En primer lugar convertir a Benavente y comarca en un polo de innovación turística, siendo capaces de integrar en nuestra oferta turística integral la sostenibilidad medioambiental, socioeconómica y territorial, y de desarrollar estrategias de resiliencia frente a los nuevos retos del ecosistema turístico, desde el cambio climático, hasta la sobredemanda turística o las crisis sanitarias y de seguridad. Y, en segundo lugar, la potenciación del sector servicios de la ciudad en su conjunto, con especial preeminencia al sector de la hostelería, para ser capaces de conseguir mayores recursos económicos para nuestras PYMES y autónomos del sector servicios y la redistribución de los mismos mediante su interrelación económica. Para el desarrollo de este Plan contamos con el apoyo económico del Gobierno de España mediante la dotación de una subvención inicial de tres millones de euros.

Estos dos planes municipales elaborados cuentan con medidas, acciones y objetivos concretos y financiación adecuada; y buscan reactivar la economía municipal en términos generales mediante el asentamiento de empresas de logística, transporte e industriales, así como comenzar a explotar el yacimiento de empleo del sector turístico mediante la puesta en valor de Benavente y sus Valles y por ende de todo el sector servicios de la ciudad. El fin de ambos es claro: generar actividad económica y empleo de tal forma que podamos para la sangría poblacional y comenzar un proceso de atracción poblacional.

Hay razones, datos y hechos ciertos para que en la provincia de Zamora se elabore urgentemente un plan específico, un Plan Zamora: somos la provincia de España que más población ha perdido en la última década en términos relativos, un 12,75% entre 2011 (193.383 habitantes) y 2021(168.725 residentes). 

Las proyecciones de población del INE apuntan a una pérdida de población de la provincia en el horizonte de 2035 del 16% respecto a la población actual, hasta situarse en 141.654 habitantes. 

Somos, respecto al movimiento de la población la provincia de España con el saldo vegetativo más negativo en 2020 (-14,34 %), frente a -3,23% España y -9,43% Castilla y León. Al mismo tiempo y en el mismo año ha sido la 2ª provincia de España con el saldo migratorio más bajo 0,46 %. En cuanto a los indicadores de estructura demográfica, somos la provincia de España más envejecida: cuenta con la edad media de la población más alta, 51 años, frente a 44 años en España y 48, en Castilla y León. Y, por último, la EPA del primer trimestre de 2022 demuestra la pérdida constante y progresiva de población activa y como la tasa de actividad se situó en el 51,77%, frente al 54,21 % de Castilla y León y la nacional situada en el 58,5%. Estos son los datos que muestran nuestra realidad actual.

La situación demográfica y socioeconómica de la provincia es responsabilidad de las administraciones territoriales competentes y sus gestores o dirigentes políticos. No podemos permitirnos seguir hablando de los problemas, de la situación cada vez más preocupante de la provincia sin que se haga algo real y planificado por parte de las administraciones públicas del territorio, con plenas competencias, y más aún, existiendo la posibilidad de obtener recursos económicos derivados del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y, especialmente, del Plan de Medidas ante el Reto Demográfico elaborado por el Gobierno de España dotado con una cantidad superior a los 10.000 millones de euros.

Ha llegado el momento de que la Junta de Castilla y León y la Diputación comiencen a trabajar, junto con los agentes del diálogo social provinciales, en desarrollar un “Plan Zamora” en el que se determinen objetivos, medidas y acciones reales dotadas de consignación económica suficiente para frenar la mala tendencia de los principales datos e indicadores socioeconómicos, incentivar la actividad económica y la creación de empleo, la creación de un entorno atractivo que facilite el desarrollo sostenible y equilibrado del territorio y la mejora de las condiciones de vida de la población zamorana en su conjunto. Otras provincias con circunstancias similares, incluso con mejores datos socioeconómicos que los nuestros (véase el ejemplo de Soria), tienen desde hace años en marcha un plan específico similar.

El Plan Zamora, de forma sucinta, debería tener líneas de acción claras, dotación presupuestaría adecuada y objetivos precisos, entre los cuales estarían: la reindustrialización del territorio (establecimiento de una estrategia de fiscalidad diferenciada para el mantenimiento y la atracción de tejido industrial, la potenciación del turismo y la cultura, la promoción de una actividad agraria innovadora y sostenible y el impulso del comercio, la mejora de las infraestructuras (mejora de carreteras y despliegue de fibra) y la prestación de servicios públicos de calidad (servicios sociales, sanidad pública y transportes).

Decía Ortega y Gasset: “La realidad que se ignora prepara su venganza”. En estos momentos, los zamoranos estamos viviendo esa venganza de la realidad ignorada durante décadas y que ya está aquí con toda su crudeza. O actuamos ya o será demasiado tarde.

Finalizo, agradeciendo y felicitando a LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA en su 125 aniversario por su labor diaria de información a los zamoranos y zamoranas, especialmente dirigido a todos sus trabajadores y equipo directivo, deseando que sigáis siendo una referencia periodística de primer nivel, tal y como lo habéis sido hasta ahora.