El abuelo de los emigrantes zamoranos en Argentina no sólo goza de una salud excelente, sino que acaba de superar los cien años de vida rodeado de su familia y con el reconocimiento de toda la comunidad castellanoleonesa en el país. Por si fuera poco, Máximo García Alonso, nacido en San Vitero, está próximo a cumplir otra efeméride si cabe más emotiva, sus 75 años de casado con Isidora Ramos, a quien conoció en Argentina, pero que como él nació en la localidad zamorana de San Vitero.

Ahora, un siglo después de que decidiera dejar su localidad natal y emigrar a Argentina, más de 120 personas se han dado cita en la capital del país (entre ellas autoridades del Gobierno de Buenos Aires y de la Intendencia de San Isidro, junto a directivos, familia socios, amigos), para rendir homenaje a este hombre. El presidente del Centro Zamorano, Enrique San Martín, aprovechó la ocasión para ofrecer un relato de la vida de Máximo García Alonso.

El zamorano nació en San Vitero el 13 de abril de 1907, penúltimo de cinco hermanos. De joven trabajó en el correo, heredando el trabajo de su padre y ocupándose de llevar la correspondencia de un pueblo a otro. Cuentan, detalla San Martín, «que solía quedarse dormido sobre el burro y al llegar a algún pueblo los mozos, de broma, le daban la vuelta al animal y, cuando se despertaba, estaba nuevamente en el lugar de partida».

Aunque en un principio decidió emigrar a Cuba con un grupo de amigos, finalmente viaja a Argentina en 1927, ya que en este país tenía a sus primos Moisés y Matilde García. Ya allí, trabajó unos años en el ferrocarril, en la oficina que se encargaba de los alquileres de vías que se ofrecían a otras líneas. Pero la oficina no era lo suyo y pronto encontró un nuevo empleo en un café de la calle Alvear y Eduardo Costa. Todas las mañanas, relata el presidente del Centro Zamorano en Buenos Aires, le preparaba el desayuno al famoso jockey Irineo Leguizamo cuando iba en tren a trabajar al hipódromo de Palermo. «Como Máximo madrugaba y ya sabía la hora de llegada de don Leguizamo, conocedor de sus gustos, café con ginebra, ya se lo tenía preparado recibiendo de él una buena propina, la cual no le gustaba compartir con los otros mozos del negocio, puesto que a ellos les gustaba dormir».

Su siguiente trabajo fue en la panadería la Moderna, como repartidor de las clásicas jardineras de la época, durante tres años. En 1929 llegó al país Isidora Ramos, también nacida en San Vitero, el 17 de abril de 1911, y que en poco tiempo se convirtió en su esposa. Contrajeron matrimonio el 10 de diciembre de 1932 y este mismo año cumplirán sus 75 años de casados.

La pareja de San Vitero tuvo en Argentina un almacén de ramos generales y despacho de bebidas durante algunos años. Después se dedicaron a la distribución de galletas y caramelos. Más tarde, recuerda San Martín, y como era costumbre en la época, Máximo reclamó a otros familiares. Así fue como llegaron a Argentina sus sobrinos Angel y Pablo Lorenzo. La pareja tuvo dos hijos, Máximo y Mirta, que les dieron tres nietos: Adrián, Lorena y Romina, así como una biznieta, Julieta.

En homenaje al zamorano Máximo García Alonso, el coro del centro en Buenos Aires ofreció una actuación para amenizar la jornada con una serie de canciones típicas. Además, jóvenes integrantes del grupo de baile, con sus trajes típicos zamoranos, bailaron piezas tradicionales de la provincia, lo que hizo, explica Enrique San Martín, que hicieron que a Máximo «le corriera alguna lágrima, como a su mujer, tal vez recordando la tierra que les vio nacer». Como es costumbre tanto en Argentina como en España, la celebración terminó con una comida en la que participaron familiares y amigos. Todo para celebrar los cien años del abuelo zamorano en La Pampa.