La aventura de este zamorano, acompañado de su familia, arranca "por el cansancio acumulado de tantos años trabajados en España sin descanso, ni poder disfrutar de los míos, perdiéndome cumpleaños, fiestas de colegio y el día a día de mis hijos", resume Jonatan Bores Ponce, quien decidió empezar una nueva vida en República Dominicana. "La decisión la tomamos los cuatro integrantes de mi familia juntos, poniendo en la balanza lo que ganábamos y lo que perdíamos. Y claramente se inclinó hacia irnos", recuerda.

Una decisión que, a pesar de lo que pudiera parecer, no resultó difícil, "porque íbamos a estar realmente todos juntos, cosa que en España no era tan normal, debido a mi trabajo, aunque siempre te queda el gusanillo en el estómago justo el día de las despedidas", reconoce. La familia Bores fue a este país caribeño con todo previsto. "Un año antes lo preparé todo para que la llegada de mi mujer y los niños fuera lo más normal posible", explica el padre. Desde la viviendas, "que tenía que tener un ambiente confortable y seguro", hasta el colegio de los hijos, "con lo que más me costó decidirme, ya que para mí era algo fundamental. Elegí uno cuya base de estudios es americana, y estoy muy contento con los resultados", valora.

De hecho, asegura que sus hijos "sorprendentemente, han sido los primeros en adaptarse. Cuando entraron el primer día en clase, todos sus compañeros los conocían perfectamente, ya que sus profesores, un mes antes, se encargaron de recordar sus nombres y de dónde venían, lo que me pareció todo un detalle. También influye que las clases tienen quince alumnos y de países totalmente diferentes", explica.

La elección del Caribe como nuevo hogar llegó tras estudiar las posibilidades del mercado internacional "en un país que había sido nuestro destino de vacaciones en más de veinte ocasiones. Era un destino que reunía un montón de cualidades. Primero, la cercanía con Estados Unidos para el futuro académico de mis hijos. El clima ofrece el poder disfrutar todos los días por igual y que tus hijos vivan mucho más el juego en la calle con sus amigos que los videojuegos. Y luego, naturalmente, el destino turístico por excelencia, que para el negocio que tenemos es perfecto", observa Bores.

Y es que los zamoranos han puesto en marcha una empresa de diseño y creación de producto turístico, Dominican Ocean Colors. "Disponemos de varios talleres con una veintena de empleados, donde fabricamos todas nuestras prendas y artículos, que distribuimos a lo largo de toda la isla", resume. A eso hay que añadir un estudio de diseños con sus propias ilustraciones e imágenes y un taller donde crean todo tipo de mobiliario y decoraciones temáticas para las tiendas. "Trabajamos con una gran cantidad de cadenas hoteleras y hace apenas seis meses que comenzamos", subraya. "Estamos muy contentos con la aceptación que hemos tenido, ya que es un país fácil para los negocios", añade.

Un gran catálogo

De esta manera, la empresa ofrece a los hoteles tanto souvenir turístico como camisetas, bolsos, mochilas o bañadores y decoración y mobiliario con la temática elegida. "Los hoteles han apostado por nuestra calidad y nuestra técnica de impresión así que también nos encargan los uniformes de los empleados para que no sean los clásicos, los hacemos con un aire diferente", apunta. "El negocio es una evolución adaptada de lo que veníamos haciendo en España", indica.

A pesar de conocer este tierra, Bores reconoce que se han sentido sorprendidos. "Esta isla ofrece muchas más cosas que las que ofrecen los catálogos de las agencias de viaje. No solo tienen playas paradisiacas, también opciones de naturaleza, aventuras, deportes acuáticos y de montaña y mucha historia y paisajes inolvidables", enumera.

La gran distancia, más de 6.500 kilómetros, hace que se eche aún más de menos Zamora, "principalmente la familia y los amigos, aunque con las nuevas tecnologías nos mantenemos en contacto habitualmente". Sobre la gastronomía, por ejemplo, "poco añoras, ya que aquí encuentras prácticamente de todo, puesto que la gran mayoría de las cadenas de supermercados son españolas", argumenta. De momento, su destino se mantiene allí. "Nuestra empresa se encuentra en un rápido crecimiento, lo que unido a que mis hijos se han adaptado perfectamente, nuestra estancia será indefinida", argumenta.

Lo que más agradecen de este cambio de aires tan radical es "la tranquilidad que se respira, con un ritmo de trabajo totalmente diferente. Además, estamos rodeados de grandes empresarios españoles que llevan ya varias generaciones en el país y que nos han acogido a toda la familia con los brazos abiertos", agradece para finalizar.