Tienen menos de una semana por delante y una obsesión: encontrar a algunos de los familiares que, intuyen, conservan en algunos de los numerosos pueblos de la geografía provincial. Con este anhelo apuran los días algunos de los jóvenes que integran la llamada "Operación Raíces", dedicada a nietos de emigrantes zamoranos que por primera vez pisan la tierra de sus antepasados. Décadas de vacío y el distanciamiento entre hermanos, padres o hijos dificultan ahora la localización de parientes en pueblos que sólo conocen por referencias que se han transmitido de generación en generación.

En medio del programa organizado para ellos por la Diputación, y que incluye visitas a distintos puntos de la provincia, los jóvenes tratan de agilizar las gestiones que les permitan conocer a familiares antes de la partida, el próximo jueves. Este es el caso de Claudia Rodríguez Regal, que reside en La Habana, y que ha llegado a Zamora con la ilusión de localizar en Requejo a familiares de su bisabuelo Miguel Cerviño Fernández, que emigró con apenas 16 años. Miguel era hijo de Miguel Cerviño y de Alfonso Fernández, ambos de Requejo. Claudia, de 18 años, cree que es posible que en Zamora vivan descendientes de esta rama familiar y no pierde la esperanza de dar con ellos antes de regresar a su país.

También Dalia Aylin Cruz Trutié confía en que durante los pocos días que restan para regresar a La Habana aparezcan descendientes de los hermanos de su bisabuelo, a los que la familia perdió la pista. Se trata de Dámaso y Conrado González Martín, hermanos de su bisabuelo Miguel y que son naturales de Luelmo. Ella cree que quizá pudieron emigrar a algún lugar de Europa, aunque es un dato que no ha podido confirmar. De momento se conforma con solicitar la colaboración de Luelmo ya que, quizá, alguno de sus vecinos recuerde qué fue de estos dos hermanos González Martín y dónde poder localizar a sus descendientes en Zamora o en el resto de España. Una tercera cubana, Anabel Estévez Madrigal, se suma a la búsqueda de familiares. Procedentes como sus compañeras de La Habana, su objetivo está en el pequeño pueblo sanabrés de Argañín, donde se centran ahora sus pesquisas. En esta localidad zamorana nació a inicios del siglo XX su abuela, Aurora Fadón Gaspar. La joven pide a los vecinos ayuda para localizar a los descendientes de hermanos o tíos de Aurora que quizá puedan vivir aún en la provincia.

«Es la vía que me queda»

Ireneo Di Matteo, que reside en Mar del Plata, Argentina, se resiste a regresar sin noticias de los parientes que, espera, puede tener en Toro. En esta localidad nació Antonio García Luis, su abuelo, y que era hijo de María Luis Aparicio y Antonio García Alonso. Como las hermanas de su abuelo murieron sin haber tenido hijos, Ireneo indaga los posibles descendientes de los hermanos de sus bisabuelos, María Luis y Antonio García, «porque es la vía que me queda». Desde su llegada a Zamora ya ha tenido posibilidad de visitar Toro, un municipio que le ha encantado, sobre todo por la conservación de su casco histórico y por el valor sentimental que tiene para él. En el número ocho de la calle Las Campanas, revela, nació su abuelo, la persona a la que ahora quiere homenajear con el ansiado reencuentro.

Donde tratan de localizar familia

Requejo: Claudia Rodríguez Regal (Cuba)

Luelmo: Dalia Aylin Cruz Trutié (Cuba)

Toro: Ireneo Di Matteo (Argentina)

Argañin: Anabel Estévez Madrigal (Cuba)