Cansados pero con la emoción a flor de piel. Así han llegado a Zamora los 27 integrantes de la llamada "Operación Raíces", una iniciativa novedosa que acaba de posibilitar que jóvenes hasta los 35 años, todos ellos nietos y bisnietos de zamoranos, pisen por primera vez la tierra de sus antepasados, puedan visitar sus localidades de origen y, en definitiva, nutran los lazos que existen entre zamora y sus hombres y mujeres en el exterior. A falta de las últimas incorporaciones, que se producirán en las próximas horas, ya han llegado a la capital los integrantes de las delegaciones de Argentina, Cuba, Chile y Uruguay.

Durante quince días, y bajo la tutela de la Diputación, los integrantes de la "Operación Raíces" van

a visitar distintos puntos de la provincia y la Comunidad, así como empresas, espacios naturales o dependencias universitarias. La idea de traer a los nietos y bisnietos de los emigrantes zamoranos "de vuelta a casa", aunque sólo temporalmente, surgió el pasado año durante la visita del presidente de la institución a Argentina. El propio Fernando Martínez Maíllo, que ayer dio la bienvenida oficial al grupo, se reconoce «muy satisfecho» al ver a estos jóvenes procedentes de distintos países en la capital. Eso sí, a todos ellos les advirtió que «la Zamora que os vais a encontrar es muy diferente de la que os han contado vuestros padres y abuelos, porque han pasado muchos años, y la realidad hoy es muy diferente».

En cualquier caso lo importante es, subrayó el responsable institucional, «que las siguientes generaciones de estos primeros emigrantes sientan esta tierra como propia, y vosotros sois nuestros mejores embajadores». Por último, Martínez Maíllo se comprometió ante todos ellos a mantener este tipo de operación especial dedicada en exclusiva a los jóvenes, y abogó por una reforma parlamentaria que permita a los nietos obtener la nacionalidad de sus abuelos de forma inmediata incluso si han superado la barrera legal que se establece en los 21 años. Tras su intervención, los jóvenes no dudaron en esperar pacientes su turno para fotografiarse con Martínez Maíllo, que repartió besos y abrazos, y posó con todos ellos, al tiempo que pedía al diputado responsable de la expedición que les diera también tiempo para el ocio y la diversión.

La parte más emotiva del acto llegó ayer con las primeras palabras de los protagonistas, estos nietos y bisnietos de zamoranos que recuerdan al pie de la letra la herencia que en forma de recuerdos han recibido. El bisabuelo de Pablo Darian Jiménez salió de Castroverde hacia Argentina con tan sólo 13 años. Ahora, y después de 90 años, el joven espera que la familia que reside en Mar del Plata y en Zamora se vuelva a unir. A su lado Carolina Fuentes, también de Argentina, explica que para ella esta visita a Zamora «es una oportunidad de cerrar la historia de cada uno y de conocer a familiares que sólo conocimos por retratos».

Uno de los momentos de mayor intensidad se vivió ayer en la Diputación cuando la joven Dalia Aylin Cruz relató la vivencia de su bisabuelo, nacido en Luelmo y que emigró a Cuba. «Estoy muy agradecida porque quería conocer Zamora y presentar a mi bisabuelo, que se fue con 18 años y nunca volvió a su terruño». Cuando la joven tenía tan sólo 4 años este zamorano ya le repetía una y otra vez cuál era su procedencia. «Siempre llevaba una bufanda y una boina, y decía que así representaba a su tierra». Ahora, asegura Dalia, «tengo un gran sentimiento y me gustaría decirle que estoy aquí». "Pepito", como era conocido el zamorano, dejó dos hermanos en Luelmo de los que se perdió la pista, Conrado y Dámaso González Martín. Ahora la joven cubana sueña con poder encontrar, quizá, a alguno de sus descendientes.