En la capilla Mayor poligonal, con el fondo del retablo de los italianos Juan Bautista Tanmi y Andrés Verda, situados con orden estricto, en ensayada y practicada disciplina -todo es fruto del esfuerzo-, las voces de aquellos "Niños del Coro". Comenzaron el recital con "Vois sur ton chemin". Y, ya, los primeros aplausos generosos. Vinieron, después, otras canciones: desde el sobrio y bellísimo canto gregoriano hasta las composiciones del siglo XX, de tan opuesta estructura musical. Fueron obras, de entonces a esta hora, de Mendelssohn, Rossini, Faure, Casals, Paulenc... Y, también, melodías coreanas y francesas y, cómo no, "temas" de la película, compuestos por Bruno Colats. Su nuevo álbum, titulado "Nuestros sueños", también dejó alguna muestra.

Seiscientos espectadores. En primera fila, la alcaldesa, Rosa Valdeón. Y el vicario general de la diócesis, Juan Luis Martín. Tres grandes pantallas de televisión -el circuito cerrado permitía el seguimiento de la actuación en los espacios con peor visibilidad- y el crucero y las naves catedralicias repletas de sillas. Tras cada cántico: aplausos intensos. Un niño había dicho al inicio: «Estamos muy contentos en Zamora. Interpretaremos melodías clásicas, religiosas, contemporáneas y de "Los Chicos del Coro"». Comenzaron y terminaron igual: con canciones de la película: "Vois sur ton chemin", "In Memoriam", "Caresse sur l´ocean", "La nuit" y "Carf volan". También: Ave Maria, Den Tod, Ave verum, Panis angelicus, Pater noster, Noël des enfants qui n´ont plus de maisons, Herbstlied, Heureux... Los 28 niños y niñas, con edades comprendidas entre los 10 y los 15 años

-entre ellos, seis excelentes solistas-, tuvieron un gesto con la parroquia: "Isabel", en castellano. Y, de propina, fuera de programa, "Cielito lindo", en la lengua de Cervantes, siempre acompañados por el pianista Dominic Faricier. «Gracias por venir», se despidieron. Siempre: con un comportamiento "prusiano". Vestían pantalón y chaleco azules, calcetines blancos y zapatos negros... Noventa minutos.

Un repertorio «variado, para que la gente esté contenta y, así, llegar con la música al corazón del público», aseguraba Nicolás Porte, director del Coro al término del recital. Aquella película, que optó al "Oscar", «nos ha cambiado la vida, pero los cantores quieren mantener el interés de los otros niños en la simplicidad y en la naturalidad». Porte explicaba, también, que no les ha ocurrido «nada extraordinario. Lo único: la diferencia de cantar en distintos continentes. En España, el fervor y los aplausos en las actuaciones son, en todo momento, calurosos». Observaba la Catedral, y apuntó: «Habitualmente, cantan en la Seo de Lyon. Otras veces, en palacios y congresos. La Seo de aquí es muy distinta de las francesas. Existe una diferencia de estructura».

No hay concierto -éste era patrocinado por Caja España- sin ensayo. Y la Escolanía "Padre Usera" compartió el ensayo -durante una hora- con los franceses, intérpretes de la banda sonora de la película "Los Chicos del Coro"? Artistas y solidarios.