"No se ha echado a nadie de San Andrés, sino que en la organización de los espacios religiosos en unos momentos se ve una finalidad y en otros momentos otra. Don Gregorio (el obispo) cree que la iglesia de San Andrés debe tener la finalidad de cumplir las necesidades específicas del Seminario, para las vocaciones sacerdotales, sacerdotes y seminaristas y esto se ha hecho. Las cofradías y asociaciones pueden tener otro sitio para cumplir sus finalidades específicas". Es la explicación del vicario general de la diócesis, José Francisco Matías Sampedro sobre la marcha de La Saleta y la Virgen Dolorosa de la Vera Cruz de la iglesia de San Andrés, aneja al Seminario, quien rechaza tajantemente que se trate de una expulsión, sino de una reorganización de la función del templo.

Por ejemplo, explica el vicario, la iglesia de Santiago El Burgo está dedicada específicamente a los aspectos eucarística, como la iglesia del Seminario tiene la finalidad vocacional "o en otro sitio se podría establecer para vivencias de piedad". El hecho es que el templo de San Andrés "había que desocuparlo con esa finalidad nueva de la iglesia, no para hacer que se fueran La Saleta o la Virgen Dolorosa".

El vicario admite que había un acuerdo con la cofradía de la Santa Vera Cruz para realizar algunas mejoras en la capilla para que la imagen de la Virgen Dolorosa estuviera en condiciones más adecuadas en San Andrés, pero "lo cierto es que han pasado los meses y no se ha hecho nada", por lo que no considera que se haya producido un grave perjuicio a la hermandad. "No digo que haya habido mala voluntad de la cofradía, pero el resultado ha sido cierta dejadez" para llevar a cabo la adaptación de la capilla conforme a lo previsto.

José Francisco Matías no se pronuncia sobre la ubicación final que podría tener la Virgen Dolorosa que, recuerda, ya estuvo en el Museo de Semana Santa, y fue una iniciativa del anterior presidente y capellán la que la llevó a San Andrés. El vicario explica que habrá que estudiar si hay alguna iglesia adecuada, tendiendo en cuenta la disponibilidad de los templos para acoger o no más imágenes, y su posible acompañamiento piadoso, por lo que no se pronuncia sobre ninguna hipótesis.