De 1.000 en 1.000 euros. Ese era el límite diario que los distintos bancos permitían al titular de las cuentas, el anciano al que cuidaba. Con cheques de 6.000 y 11.000 ueros. En cuatro meses, la amiga de años atesoró 73.000 euros, los últimos de vida del hombre. La mitad de ese dinero fue extraída con las claves de las cartillas; el resto, con cheques firmados por el hombre y gracias al poder notarial que extendió a su nombre, con el que le autorizaba a realizar cualquier tipo de trámites en su nombre, según la denuncia interpuesta por la familia del anciano

El supuesto "saqueo" comenzó un año antes de que su propietario muriera, con más de 90 años. Para entonces, la mujer llevaba dos años viviendo bajo el mismo techo que quien era un amigo, tiempo suficiente como para "absorberle, para ganarse su total confianza y aislarle de su familia", explican fuentes próximas al anciano. De hecho, el hombre comenzó a distanciarse de su único hijo, con el que siempre había contado para todo. Es cuando al hombre le comienza a fallar la salud cuando la acusada inicia su estrategia para llevarse la máxima cantidad posible, de modo que llegan a redactarse escritos en el que la autoriza a disponer de buena parte de su patrimonio.

La avaricia de la mujer, de iniciales A.A.P.S., parecía no tener fin, puesto que cuando el hombre ya estaba muy enfermo, ingresado en el hospital, "ella seguía sacando dinero", llega a llevarse otros 2.000 euros. Es la prevención del banco la que pone al descubierto a la cuidadora y amiga. El hijo del anciano recibe una llamada de un responsable, sorprendido porque la mujer acude para sacar 6.000 euros, cuando recientemente había realizado dos extracciones de 6.000 euros y de 11.000 euros. La entidad financiera le deniega la operación y, alertada la familia del titular de la cuenta, comienzan a revisar los movimientos y se percatan de las sucesivas operaciones. Las claves de las cartillas las obtiene en febrero de 2017, a partir de ahí comienzan las visitas al cajero para llevarse dinero de 1.000 en 1.000 euros, 500 euros, siempre cantidades en números redondos, puesto que coinciden con el límite diario.

La mujer se habría valido de la confianza nacida durante años de amistad para ir apropiándose del dinero del amigo, al que se ofreció a cuidar cuando perdió a su esposa. La relación de años, "de toda la vida, pero tampoco tan estrecha e íntima", explica fuentes cercanas al caso, aunque sí lo suficiente como para que cuando el anciano necesita a una persona para que le cuide, ella se ofreciera a mudarse a su casa. La mujer está siendo investigada por estafa, que habría comenzado en noviembre de 2016, con los cheques que el hombre le firmó por valor de 36.000 euros. El 23 de febrero de 2017 y hasta marzo, la mujer se habría adueñado de los 37.000 euros restantes. Él murió el 6 de noviembre de 2017.