El buen tiempo favoreció que miles y miles de personas, unas 15.000 según fuentes municipales capitalinas, acompañaron a la Virgen de la Concha, patrona de la ciudad, del Ayuntamiento de Zamora y de la Junta pro Semana Santa en su salida romera hasta el cercano pueblo de La Hiniesta como cada Lunes de Pentecostés desde hace 728 años.

El repique de las campanas de la iglesia de San Antolín llamaba a los romeros a la misa de las 08.00 horas, el primer acto de la jornada. El templo quedó pequeño para albergar a los cofrades, por lo que muchos aguardaron la salida de la imagen en el exterior. La Concha recibió un baño de "papelitos de colores", más de 68.000 aleluyas, lanzados por un grupo de devotos con las letanías del Rosario y piropos a la Virgen, mientras que, al llegar a la iglesia de San Lázaro, la Concha saludó a su "prima" la Virgen del Yermo, que vive hoy su día grande con procesión tras la misa de las 20.00 horas, se lanzaron una docena de cohetes.

La cifra de romeros y cofrades iba en aumento hasta la llegada a la Cruz del Rey don Sancho, tramo recorrido más ágil que en otros años dado que se optó por situar en las andas los ramos aportados por los vecinos de manera agrupada.

Los más de 150 músicos del Consorcio de Fomento Musical, divididos por grupos, amenizaban con la melodía de la Concha, entre otras piezas, el camino hacia el Teso de la Salve, última parada antes del destino.

Las campanas del templo no dejaban de repicar en La Hiniesta cuando la comitiva del pueblo anfitrión, integrada por las autoridades locales, el sacerdote Matías Pérez y su predecesor Manuel Carrascal, y los cinco niños de Primera Comunión (Andrés, Jesús, Paula, Izan y Andrea) aguardaba a los zamoranos.

Media hora antes del mediodía, Jaime Gutiérrez, por la Cofradía de Nuestra Señora de San Antolín, y José Carlos Herrera, por la Hiniesta, demostraron su pericia bailando los pendones. Posteriormente se saludaron los alcaldes, el local, Eugenio Gregorio Prieto y el zamorano, Francisco Guarido, gesto que repitieron los sacerdotes. "Día perfecto con mayor afluencia que otros años", resumió el presidente de la Concha, Florián Ferrero.

Tras la bienvenida por parte del coro del pueblo llegaron las intervenciones de los niños de Primera Comunión que protagonizaron entrañables momentos, dado que una pequeña citó primero a la Virgen de su pueblo y otra tuvo un pequeño lapsus. Las recitaciones concluyeron con una a cargo de un vecino de Zamora.

Las dos comitivas ya unidas dirigieron sus pasos hacia el templo gótico llenando la calle principal del pueblo. La Virgen dio una vuelta alrededor de la iglesia, momento inmortalizado con el móvil por muchos de los presentes, al son de su canción para luego acceder a la iglesia donde el obispo, Gregorio Martínez, presidió la eucaristía. En el exterior, algunos romeros ya reponían fuerzas y comentaban cómo había ido el camino a la espera de la comida de hermandad.

La Concha abandonó La Hiniesta rumbo a Zamora pasada las 17.30 horas. Tras la breve parada en la finca de la familia Sánchez- De la Chica y la estación en Valderrey, con el refresco de los mayordomos, la patrona un año más, por las obras del AVE, avanzó por calles de San Lázaro para enfilar hacia la ermita de los Remedios antes de regresar a San Antolín, en cuya plaza los músicos interpretaron por última vez "1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8...Concha".