El fiscal solicita 5.620 años de prisión y otros tantos de libertad vigilada tras cumplir condena a un zamorano procesado por las continuadas agresiones sexuales a las que sometió a sus dos hijas menores de edad, la más pequeña -con una discapacidad por retraso masdurativo-, delitos que se han calculado en un total de 562, según las indagaciones efectuadas por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5.

Los delitos contra la más mayor de las niñas los habría cometido, con mucha periodicidad, durante casi 7 años, entre 2010 y 2017, desde que la niña cumplió los 12 años, a la que comenzó a violar de forma continuada durante los dos últimos años de abusos, de acuerdo con la denuncia. La hija, mayor de edad en la actualidad, detalló cómo el acusado profería amenazas de muerte si contaba lo que estaba ocurriendo a su madre, además de agresiones físicas durante o después las agresiones sexuales. Los delitos se conocieron gracias a la denuncia de la familia de una amiga de una de las dos víctimas, a quien la niña había desvelado lo que estaba sufriendo por las agresiones del padre. El fiscal describe que las presuntas víctimas vivían en un "estado de crónico de temor y angustia", que el progenitor actuaba cuando estaba solo con ellas o cuando su esposa dormía profundamente y que llegó a taparles la boca con la mano para que no gritaran.

El zamorano, de iniciales I.B.R., está también procesado por agredir sexualmente en dos ocasiones a la hija de menor edad, una de ellas cuando esta contaba con 7 años; y la otra, cuando había cumplido los 9, en enero de 2017. En concreto, la Fiscalía Provincial le imputa por haber efectuado tocamientos a la niña en su órganos sexuales con las manos y el pene, la misma práctica que relató su hermana mayor, sufrida durante cinco años, tras los que el padre pasó a culminar el acto sexual con ella.

El fiscal, en su escrito de acusación, en el que no ahorra duros calificativos para el procesado, por "la odiosa naturaleza de los hechos" que se le imputan, consciente de que los magistrados pueden considerar que se trata de delitos continuados de agresión sexual y de violación que no pueden ser castigados uno a uno, solicita una pena alternativa para el zamorano de un total de 35 años de prisión por las agresiones sexuales y las violaciones a la mayor de sus hijas cuando aún era menor de edad: 15 años por los primeros delitos mencionados; y otros 20 años, por los segundos.

Por las dos agresiones sexuales a la hija más pequeña, el Ministerio público solicita por cada uno de esos delitos 10 años de prisión, 20 en total y, tras cumplir dicha pena de reclusión en un centro penitenciario, 10 años de libertad vigilada.

La acusación pública pide, además, indemnizaciones de 30.000 euros para la mayor de las hijas y 6.000 euros para la que todavía es menor de edad.

El Ministerio Fiscal propone a la Audiencia Provincial, que tendrá que celebrar el juicio, penas máximas de prisión para el zamorano por lo que considera una "detestable conducta", con la que el acusado perseguía "execrables propósitos", llevado por lo que tilda de un "repugnante ánimo libidinoso". De hecho, el hombre está en prisión preventiva desde su detención en febrero de 2017, sin posibilidad de abonar una fianza que le pudiera dejar en libertad provisional, dada la gravedad de las infracciones penales por las que se le procesa contra sus hijas menores, a las que tiene el deber de cuidar y preservar.

El fiscal insta a los magistrados a condenar a I.B.R. a 10 años de cárcel y otros tantos de libertad vigilada por cada uno de los 416 delitos de agresión sexual que habría cometido con la mayor de las hijas, así como a 15 años de reclusión y otros tantos de libertad vigilada por cada una de las 96 violaciones a que sometió a esta niña cuando aún era menor de edad, con 17 años, y hasta los 19 años.

El Juzgado número 5 decretó el secreto de actuaciones para evitar que trascendieran detalles sobre los hechos y la investigación policial y judicial para preservar la identidad de las dos hermanas. La mayor decidió denunciar el calvario que afirma haber sufrido con su padre a raíz de que la juez comenzara a investigar lo sucedido con la menor en el domicilio familiar, en el que vivían con su padre y su madre, esta última exculpada al demostrarse que desconocía lo que ocurría, según adelantó La Opinión-El Correo de Zamora. La menor de edad fue sometida a una exploración en las diligencias y ofreció un relato coherente de los abusos sexuales, coincidente con el de su hermana.