Vecinos del barrio de Alviar denuncian el foco de contaminación y los malos olores que sufren en el entorno de la calle del Roble por los vertidos de aguas residuales procedentes de las conducciones de las viviendas construidas en el número 4, que no están enganchadas al colector general. Las aguas fétidas provocan, asimismo, la aparición de plagas de insectos, fundamentalmente mosquitos, no solo son molestos para los vecinos, sino un riesgo para la salud, puesto que pueden transmitir enfermedades, agregan los afectados.

Los habitantes de esta parte del barrio llevan tiempo esperando una solución a un problema del que no son responsables, pero que sufren a diario y, especialmente, en las épocas de primavera y verano, cuando el calor amplifica las consecuencias de la falta de conducción para desaguar en el colector.

Se trata de una situación que el Ayuntamiento de Zamora "conoce, pero nos ha dicho que es responsabilidad del constructor" que en su día levantó las viviendas y que dejó sin conectar las tuberías de esas casas a la red general. Sin embargo se comprometió a solventar este problema "hace tres años", concretan en el barrio, donde lamentan que desde entonces se continúe sin haber tomado ninguna medida. Los vecinos afirman que "seguimos esperando a que actúe" las institución local, conscientes de que el perjuicio lo generó el constructor.

El deterioro de la zona es cada vez mayor, puesto que las tres tuberías arrojan "toda la porquería a una balsa a la que desembocan que no está soterrada porque no han enganchado" con la red de aguas residuales, explica una de las vecinas del barrio, que deja constancia del malestar de la población de esta parte de la ciudad.

Una vecina subraya que alrededor de este desagüe de residuos líquidos hay viviendas que tienen que soportar el hedor que producen esos vertidos cuya existencia debería ser impensable en cualquier punto de la capital, aunque se trata del extrarradio, como en este barrio situado en la periferia pero que paga sus impuestos como el resto de las zonas.

La contaminación se extiende, además, al regato de la calle del Roble, que recoge estas aguas residuales, con el consiguiente deterioro que supone para el medioambiente del barrio.

Por otro lado, los vecinos solicitan al Ayuntamiento que tome medidas para limpiar de maleza que crece en las laderas de las calles, que ha superado el metro de altura ya en algunas de ellas, como en la de la Alberca, el entorno de la piscina municipal de Higueras o en la calle de Romeral, donde algunas vecinas tienden la ropa para secarla al sol y "casi se cae ya una anciana" hace unos días. Los vecinos piden que se obligue a los dueños de fincas sin construir que sieguen la maleza para evitar la proliferación de culebras y ratas, así como prevenir incendios o que lo haga el Ayuntamiento y les pase la factura de los trabajos con posterioridad.