Pastoreaba con sus vacas a las afueras de Torrefrades, a las 12.30 horas, cuando el hijo de una vecina apareció de imprevisto, le agredió y le pidió todo el dinero que llevaba encima, los 1.175 euros con los que iba a pagar a un rentero, afirma el ganadero, quien le acusa de haberle propinado un puñetazo en la cara, de tirarle al suelo y de amenazarle con una pistola en la parte de atrás del vehículo en el que llegó a la finca, "si te vas del pico esta bala irá a tu cabeza". El dinero ya se lo había reclamado antes de ese 2 de septiembre de 2016 en un bar del pueblo "para un abogado", declaró el denunciante en el juicio celebrado ayer en el Juzgado de lo Penal. Un parte de lesiones que certifica que el hombre sufrió un golpe en el lado izquierdo de la mandíbula.

El acusado, de iniciales J.A.G.G., que tiene antecedentes penales y se enfrenta a dos años y medio de cárcel, niega la agresión e incluso que llegara a bajar del coche para aproximarse al pastor. Únicamente, admitió que había acompañado a su madre a buscar al pastor por los montes donde pastaba el ganado para recriminarle que no hubiera pagado al abogado que le estaba llevando algún asunto por recomendación de la mujer. Sin embargo, el ganadero negó tener ninguna deuda, "a mí nadie me reclamó nada" y explicó que el acusado "supongo que me quería sacar el dinero".

El procesado por un delito de robo con fuerza manifestó a preguntas de la Fiscalía que "mi madre presentó el abogado" de Valladolid al ganadero, quien mantenía una deuda con el letrado, fallecido en accidente de tráfico sin haber percibido ni un euro del trabajo hecho hasta ese momento. Su madre solo "hizo de intermediaria para que la familia del abogado cobrara" y él condujo el coche "para buscar por el monte" al pastor, "aparqué, mi madre bajó y le recriminó que no pagara, le dijo que diera la cara con los padres del abogado". El imputado también negó haber acudido a la casa del denunciante a exigirle el dinero.

La presunta víctima afirma que después de la agresión, encerró a las vacas y se fue a casa, comentó a su familia lo que había ocurrido y esperó a que su sobrino llegara de Zamora para ir al médico y a denunciar lo ocurrido. Manifestó que no había ido solo al cuartel de la Guardia Civil porque "tenía miedo". El hombre declaró en el juicio que había comentado a un vecino que el joven procesado le exigía dinero, quien le aconsejó denunciar, lo que no hizo "porque tenía miedo, me amenazaba".

Por el juicio desfilaron ayer varios vecinos, pero ninguno había presenciado el incidente ni tenía conocimiento de lo ocurrido. Uno de ellos, también pastor y primo del denunciante, se hallaba el día del robo a unos 500 metros del lugar donde se produjo el incidente, pero aseguró que solo vio llegar un vehículo a la altura de donde estaba su pariente, pero ni si alguien bajaba de él ni si pegaban a su convecino.

La madre del acusado confirmó su versión y sostuvo que solo fue a ver al denunciante para recriminarle que hubiera comentado "ciertas cosas a su hermano" y a decirle que pagara al abogado, sin que su hijo saliera del turismo en ningún momento.

La fiscal mantuvo la acusación porque no hay un dato para poner en duda las manifestaciones de la víctima", además de afirmar que el impago al letrado solo perjudicaba a J.A.G.G. y a su madre, que se sentía responsable de esa conducta. La acusación particular puso en duda la existencia de esa deuda "a un supuesto abogado sobre la que nadie ha venido a decir nada" al juicio, al tiempo que aludía a los antecedentes del acusado.

La defensa exigió la absolución, tras cuestionar la versión del denunciante, "que se fue a casa y tardó nueve horas en denunciar" e hizo hincapié en la falta de testigos que pudieran corroborar la agresión y el robo.