"Esto no puede quedar así, imagínate cómo estamos". Quien habla es la madre de Leticia Rosino Andrés, incorporada ya al negocio familiar, el supermercado de Tábara que ahora regenta su hijo, el hermano de la joven asesinada en Castrogonzalo a manos de un adolescente de 16 años que confesó el crimen al prestar declaración ante la Fiscalía de Menores. El trabajo la retiene, pide paciencia a la periodista, "hablaremos", afirma a LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.

Leticia, Lety para su familia y sus amigos, para todo aquel que la conocía, era "generosa", remarca su novio, David Alonso, en este "momento complicado, porque una cosa es perder a alguien por un accidente, pero que te lo hagan así, de esta manera...". Este joven de 32 años, que dice "morir" con cada noticia que escucha sobre el asesinato de su novia, le faltan palabras para ensalzar a quien se convirtió en su pareja tras una estrecha amistad. Compartían aficiones, "nos gustaban los viajes, conocer lugares, las grandes ciudades". Pero para el día a día eligieron Castrogonzalo, el pequeño pueblo de poco más de 400 habitantes donde él nació. Y, desafortunadamente, quien pondría fin a la vida de Lety, el adolescente acusado de su asesinato. "Ella era una persona maravillosa, alegre, siempre con una sonrisa para todos, siempre estaba para el resto del mundo". Siempre con la palabra justa para calmar desasosiegos y restar importancia a las dificultades, "era muy luchadora, nada se le ponía por delante" y, cuando David volvía a casa cabizbajo, con alguna preocupación, "me decía cuatro cosas y veía otro punto de vista, ella era el núcleo de todo, mío, de su familia...".

De su carácter emprendedor y luchador da fe su decisión de irse a Inglaterra para aprender el idioma, "estuvo trabajando de lo suyo", como química, "vinimos de allí y quiso venir a Castrogonzalo, nos gustaba a los dos el pueblo, la tranquilidad, su situación geográfica, cerca de otras provincia, era mejor que Tábara", el pueblo de Leticia, allí está Lácteas Cobreros, donde ella llevaba trabajando varios años. "Así no tenía que conducir, yo era el que me desplazaba para trabajar". Al lado queda Benavente, "con idea de tener un niño, queríamos tener cerca todo; en Tábara, hay que desplazarse".

Y vuelve a hilar una retahíla de halagos de su novia, para que todos sepan que "era admirable, no porque yo lo diga, remárcalo". Y una mujer de 1,80 metros de altura y 64 kilos, "tenía fuerza", por eso no le cuadra que el adolescente actuara solo.

David soñaba una vida llena de buenos momentos, inolvidables, les quedaban muchos viajes por hacer, como cuando fueron a Francia, a China. Y es que "todos tenemos algo, pero ella..., nunca tuvo problemas con nadie, colaboraba en todo, ayudaba a todo el mundo. En el trabajo, donde yo la conocí, también". Y en su pueblo, Tábara, "puedes preguntar".

Regresar a Castrogonzalo, donde "tengo a mis padres, a mis abuelos, imagínate...".