Los trenes de alta velocidad entre Zamora y Madrid se "cargan" a más de 3.200 aves cada año. Ese es el precio que la naturaleza ha de pagar para que la distancia temporal entre ambas ciudades se reduzca a menos de dos horas. Un estudio elaborado por la Universidad Autónoma de Madrid arroja el dato: un pájaro muere arrollado por el AVE cada 350 kilómetros. La capital mantiene activos trece viajes al día, seis de ida y siete de regreso, lo que supone poco más de 3.000 kilómetros por jornada. Esto es: nueve muertes seguras cada 24 horas. La vanguardia de la alta velocidad en sustitución del avión para reducir las emisiones de dióxido de carbono plantea este tipo de "retos ecológicos" pero también genera "efectos indeseados" en los miles de kilómetros de ferrocarriles en los que se circula a más de 250 kilómetros por hora. AVE contra ave, un problema con muy difícil solución.

No existía hasta el momento ningún análisis ni cuantificación científica para obtener el número de animales que se ven sorprendidos por los trenes, pero ahora ya se conoce. El trabajo realizado por la Universidad Autónoma de Madrid y publicado por la revista internacional "Frontiers in Ecology and Evolution" determina que un AVE se cruza con pájaros en las proximidades de su frontal cada 14 kilómetros de recorrido, aproximadamente, y que atropella a uno cada 350 kilómetros circulados, lo que pone en una situación bastante crítica a la rica fauna que puebla el trayecto que recorre la alta velocidad entre las ciudades de Zamora y Madrid.

Para realizar el estudio, según recoge Efe, se instalaron sistemas de vídeo en las cabinas de las locomotoras de la línea Madrid-Levante durante más de 14.000 kilómetros de circulación a velocidades de entre 250 y 300 kilómetros por hora. De esta manera se ha podido entender mejor los comportamientos que condicionan el atropello, según apunta una nota del autor del estudio e investigador de la UAM, Juan Malo, quien ha contado con la colaboración de Renfe en este proyecto LIFE+ Impacto Cero de la Unión Europea. Extrapolando los resultados, la línea Madrid-Zamora se llevaría por delante 3.253 aves cada año.

Pero, ¿qué especies sufren los efectos de la alta velocidad y en qué circunstancias lo hacen? Según el trabajo, alrededor de un tercio de los cruces de la vía ocurren por debajo de la catenaria, lo que corresponde a aves que se arriesgan a ser atropelladas. Además, el 25% de los cruces de aves frente al tren tienen como protagonistas a pájaros que se encontraban posados en el suelo, las vías o los cables de la propia infraestructura momentos antes del paso del tren, tal y como señalan los responsables del estudio realizado.

El registro de vídeo también ha permitido comprobar que las aves reaccionan generalmente a una distancia del tren de 60 a 136 metros, por lo que su alta velocidad les deja poco tiempo para la escapatoria. Urracas, palomas, cornejas, ratoneros, cernícalos, golondrinas, gorriones o perdices son algunas de las especies más afectadas en el conjunto del país. Especies que también aparecen en la geografía por la que discurre el tren de alta velocidad entre Madrid y Zamora.

Ante esta situación y para reducir el atropello de las aves, el equipo de investigación ha propuesto estudiar procedimientos para que las aves no usen elementos de la infraestructura. Igualmente, los responsables de este estudio plantean que se establezcan sistemas que disminuyan la frecuencia con la que los animales vuelan a través del área de riesgo por la que circulan los trenes. Unas medidas que buscan reducir ese impacto que la naturaleza, en este caso las aves, han encontrado con la alta velocidad.

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