Hace veinte años dio el "sí, quiero" a Leticia Ortiz. Ahora ella es reina, él sigue siendo peón. Confiesa que no es bueno jugando al ajedrez, de hecho asegura que lo único que le une a este juego es su admiración por Bobby Fischer, pero parece que ha cambiado de estrategia en el tablero de los 64 escaques. Siempre dijo que no hablaría de Letizia, pero? ¿y escribir? Alonso Guerrero, exmarido de Leticia Ortiz, presentó ayer en el Club de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA "El amor de Penny Robinson".

- Durante su última visita al Club, dijo que no hablaría de Letizia y así fue. Ahora publica un libro inspirado en su relación con ella. ¿Qué le ha hecho cambiar de opinión después de tanto silencio?

-No he cambiado de opinión, y en cuanto a un libros inspirado en mi relación con ella solo es cierto hasta cierto punto. El libro es una crónica del acoso periodístico que me impusieron cuando salió la noticia del compromiso. De cara al lector, sé que le interesará mucho más saber cuáles fueron esos hechos y cómo infirieron en mi vida en aquel momento.

- ¿Qué opinión le merece entonces el oficio de periodista? ¿Ha variado desde su ruptura con Letizia y el comienzo de esa persecución de la prensa?

-Hay muchos periodistas que son necesarios. La democracia no sería la misma sin ellos. Hay otros que inventan contenidos que rayan en la anormalidad y los difunden creyendo que la gente los necesita. Mi opinión ha sido siempre esta, la de la mayoría de la gente.

- La novela habla de la "transformación de un hombre de una vida sin sobresaltos, a personaje mediático". ¿Cómo fue esa transformación?

-Es algo que enajena, que saca a las personas de su lugar en el mundo, o del lugar elegido por ellas. Ocurrió de la noche a la mañana: he ahí lo tragicómico. Y todavía continúa, evidentemente.

- Como usted mismo ha dicho, la novela "es la historia de una persona que se convierte en personaje". ¿El personaje ya nunca ha podido volver a ser persona?

-Por supuesto que sí. He reconquistado mi anonimato. La vida privada, los momentos de soledad, son el mayor lujo que uno puede tener en los tiempos que corren.

- Pero necesitaba convertir lo que vivió en un argumento.

-Sí, para un escritor los argumentos son lo más importante y lo que subyace bajo esos argumentos es el deseo de escribir algo lo suficientemente impactante y original para que se convierta en una manera nueva de dar a conocer lo que todo el mundo podría haber vivido.

- ¿Prima la realidad o la ficción?

-Una gran parte de lo que narro en la novela ocurrió en la realidad, sobre todo la forma en que sentí todo lo que pasó, la forma en que reaccioné y lo que pensé con respecto a acontecimientos que no podía manejar. Eso incluye a mi familia y mis amigos.

- La escribió en 2010, cuando Letizia aún era princesa. ¿Por qué comenzó a escribirlo y por qué no se ha publicado hasta este año?

-Lo escribí porque, pese a que he narrado siempre ficción pura, este era un tema demasiado cercano como para soslayarlo. Afrontarlo se convirtió en una necesidad.

- ¿Por qué eligió el nombre de Penny Robinson?

-Penny Robinson fue un icono infantil: la hija pequeña de la familia Robinson, los protagonistas de una serie de los años sesenta titulada "Perdidos en el espacio". Cuando era niño, mis amigos y yo convertimos a esa figura en un símbolo de lo que éramos y lo que amábamos.

- Como cuenta en su novela, ¿es cierto que tiró el móvil a la cuneta cuatro días después de que se hiciera público el noviazgo con Felipe?

-Cierto. Tuve que cambiar de número de teléfono. No sé cómo, todos los periodistas me localizaban a través de él.

- Y como también se puede leer en sus páginas, ¿su contraseña del ordenador es "Viva la República"?

-No.

- Hace poco que hizo estas declaraciones: "No soy monárquico, pero creo que estoy en un país que se roba tanto que jamás podrá existir una república". ¿Lo sigue pensando?

-Siempre lo he pensado. Cualquier república necesita que quienes gobiernen sean especialmente vigilantes y escrupulosos con el dinero de todos. Estamos en un país en el que los gobernantes piensan más en sí mismos que en los que los votan.

- En una entrevista dijo que "era un peón en la partida, pero había sido atacado con el movimiento de una reina". ¿Usted ha sido el vencido en esa partida?

-No. Era una simple metáfora más adecuada para el personaje que he creado y que se mueve en la novela que para mí, aunque ese personaje se llame Alonso Guerrero.

- ¿Ha leído el libro Letizia?

-Sí, lo ha leído. Le gustó.

- ¿Ha habido algún tipo de censura antes o después de su publicación?

-No, en ningún caso, ni antes ni después.

- ¿Cómo lleva la etiqueta perpetua de "exmarido de"?

-Con dignidad, supongo.

- ¿Le duele que quizá haya ocupado más portadas de revistas de papel cuché que de periódicos?

-Estoy acostumbrado. No me duele, simplemente espero que quienes me lean entiendan que esa es una visión totalmente sesgada.

- ¿Cómo está siendo la respuesta de los lectores?

-Muy buena. El libro, por fin, se está vendiendo a través de lo que los lectores cuentan de él, no por lo que los medios dicen que contiene.

- ¿Es su relato más autobiográfico?

-Es más autobiográfico, pero no el primero en primera persona. La primera persona no es más que un punto de vista.

- ¿El éxito que tenga "El amor de Penny Robinson" condicionará el estilo de su narrativa?

-No. Siempre he escrito lo que tenía que escribir, lo que me apetece. El éxito solo modifica los planteamientos narrativos de los malos escritores.

- ¿Habrá continuación?

-¿Quién sabe? Aunque no lo creo.