Para la juez, es "un hecho indiscutido la realidad de los trabajos realizados" por el arquitecto Francisco Somoza para la restauración y recuperación de las estructuras defensivas del Castillo Medieval de Zamora para la creación del Museo Baltasar Lobo, proyecto que se inició en 2005, a instancia de la Fundación Baltasar Lobo. En su sentencia, concreta que el arquitecto "intervino en las cuatro fases" en las que se dividió el proyecto, aprobado en la Junta del Patronato que ostentaba la Alcaldía de la ciudad.

Las obras, afirma la juez, "se realizaron en plazo y a plena satisfacción, condición esencial para adecuarse al limite que marcó la Unión Europea para obtener la financiación del Proyecto". Incluso va más allá y llega a destacar la calidad del proyecto y la repercusión del mismo para la ciudad. "El resultado", apunta en su sentencia, que el Castillo "fue un enclave más que idóneo para la exposición permanente de la obra del autor que da nombre a la Fundación, y se convirtió en zona esencial de reclamo urbanístico de la ciudad".

Somoza mantuvo reuniones con responsables del Ayuntamiento, ya que eran integrantes de la Fundación Baltasar Lobo, cuya presidencia recaía en la alcaldesa o el alcalde, llegó a emitir facturas proforma para cobrar y el concejal de cultura le pidió que las dirigiera al Ayuntamiento. Sin embargo, sus reclamaciones no fueron atendidas, por lo que decidió demandar a la institución ante el juzgado.