Izquierda Unida vive momentos tensos. El denominado "pacto de los botellines", interpretado por algunos -propios y extraños- como una manera de entregar las armas a Podemos, parece que vive un capítulo más. Lo hace después de que las federaciones de toda España hayan recibido un documento: un borrador bajo el título "Propuestas de hitos para la construcción del Movimiento Político y Social". Se trata de una serie de iniciativas promovidas por Alberto Garzón que buscan homogeneizar y centralizar la formación. En su desarrollo, se pide a las federaciones con entidad jurídica propia que se disuelvan o modifiquen su nombre de manera que Izquierda Unida (y sus siglas) no figuren en su denominación. Un movimiento de ajedrez que ha hecho sospechar a IU Zamora. Su coordinador provincial, Miguel Ángel Viñas, cree que existe algo más detrás de todo esto y pide explicaciones.

La dinamita se repartió por toda España y el jueves se presionó el botón rojo. La dirección federal que ostenta Alberto Garzón hizo llegar el documento con las nuevas reglas del juego a cada rincón del país. También a Zamora. No es ningún secreto, todo lo contrario, que la asamblea de esta provincia es una de las díscolas con la cúpula del partido. Lo fue con la elección de Garzón como líder. Lo fue con la coalición con Podemos para las generales. Y lo va a ser en esta suerte de reforma interna. "No somos un partido centralista, sino que estamos parcelados en federaciones. En el momento que eso se quiere quitar, nuestra pregunta es: ¿Por qué?", declara Miguel Ángel Viñas.

El borrador que Izquierda Unida ha remitido a su militancia es claro: se pretende acabar con el actual modelo territorial basado en federaciones con personalidad jurídica propia. Para ello, exigen a los implicados que se disuelvan o cambien el nombre de partido que tengan registrado para que Izquierda Unida y sus siglas no figuren en su denominación. "Hemos funcionado así desde el año 86. Algunas federaciones incluso se crearon antes que Izquierda Unida federal. Y siempre nos ha ido bien", señala Viñas. "Por lo tanto, muchos sospechamos que es una manera para que Alberto Garzón pueda controlar todas las federaciones", explica.

Zamora se ha convertido en una asamblea referente dentro de Izquierda Unida por el carácter simbólico que le da ser la única capital de provincia gobernada por la formación. Pero no es nada más que eso, simbólico. No existe ni en la provincia ni en la comunidad autónoma un régimen jurídico propio, como sí lo hay en otros puntos de la península contrarios a Alberto Garzón. "Ahora mismo no todo el mundo está en la línea de la dirección federal. No lo están, por ejemplo, Madrid, Valencia o Asturias, y este movimiento sospechamos que puede ser para que desde la dirección federal se pueda ejercer ese control que ahora mismo no existe", comenta Viñas.

Por activa y por pasiva se ha pronunciado la militancia de Zamora a favor de Izquierda Unida como se conoce hasta el momento. Sin cambios en la estructura y sin coaliciones preelectorales. "Por ahora es solo un documento que hay que debatir, aunque realmente nos preocupa que pueda salir adelante", concluye Viñas.