Fue la primera mujer catedrática de Derecho procesal y estaba considerada la maestra de toda una generación de procesalistas de la Universidad de Salamanca. La zamorana Carmen Calvo Sánchez, fallecía en Trefacio el pasado 1 de abril, a los 72 años, dejando viudo, Fausto Javier Esteban García y tres hijas. El fallecimiento pasó casi desapercibido en Zamora, pero no en los ámbitos académicos en los que brilló con luz propia durante toda su vida.

Hace poco más de un año esta profesora jubilada de la Universidad de Salamanca había recibido la Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort, una condecoración impuesta en la Subdelegación del Gobierno de Salamanca por el ministro de Justicia, Rafael Catalá, en calidad de presidente de la Orden.

La profesora Calvo Sánchez, a lo largo de su dilatada carrera en la Universidad de Salamanca, fue decana de la Facultad de Derecho durante ocho años y directora de la Escuela de Práctica Jurídica de Salamanca. Desde su puesto como catedrática de Derecho Procesal, la primera mujer de España en ostentar esta plaza, a lo largo de su carrera se dedicó a dar forma primero y prestigio después a la escuela salmantina de Derecho Procesal, reconocida tanto a nivel nacional como internacional, explican fuentes de la Usal.

La Orden de San Raimundo de Peñafort, llamada así en honor al Patrón de los Juristas, se creó en 1944 con el fin de reconocer mediante esta distinción a aquellos profesionales e investigadores del ámbito del Derecho que han desarrollado una carrera de excelencia a lo largo de su desempeño. La Cruz de Honor, por su importancia, es el segundo grado tras la Gran Cruz. Como curiosidad, el poseer este título trae consigo el tratamiento de "Ilustrísima Señora".

Carmen Calvo nació en Alcañices, en 1946 y desarrolló una exitosa trayectoria profesional en la que destaca el hecho de haber sido la primera mujer catedrática de Derecho Procesal de España, desde 1988, además del resto de méritos reseñados y otros, como el de ser fundadora del Grupo de Investigación de Excelencia Iudicium.

Con motivo de su prejubilación voluntaria 69 profesores se implicaron en la publicación de dos tomos de la obra Liber Amicorum en homenaje a María del Carmen Calvo.

En ella el profesor Ramos Méndez, catedrático de Derecho Procesal de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona destacaba la monografía escrita por Carmen Calvo en torno a una importante controversia sobre el control de la imparcialidad en el Tribunal Constitucional.

El catedrático de la Universidad de Barcelona José Luis Vázquez Sotelo destacaba la dureza de la oposición que convirtió a Carmen Calvo en la primera mujer catedrática de Derecho Procesal y como en Salamanca "supo rodearse de excelentes alumnos a los que formó y que hoy constituyen el valioso grupo de procesalistas salmantinos".

El catedrático Julio Ferreiro Baamonde, de la Universidad de la Coruña destaca la contribución de la zamorana a la definición de la acción popular, "un verdadero lujo del Derecho Procesal Español".

El catedrático de la Universidad de Oviedo, Fernando Gómez de Liaño, en la publicación dedicada a la aportación científica de Carmen Calvo asegura que a ella se debe "la etapa más fructífiera del Derecho Procesal en la universidad. Ha formado una verdadera escuela de procesalistas y no ha sido magistrada del Constitucional porque no quiso". Recuerda este catedrático el Congreso de Derecho Procesal celebrado en Zamora bajo la dirección y organización de Carmen Calvo en la que los procesalistas más punteros del momento aportaron un documento de conclusiones, "las reformas de Zamora" que incidieron en la legislación nacional, al ser incorporadas al ordenamiento jurídico. Este Congreso, celebrado en 1989, versó sobre la reforma del Derecho Penal y se trataron pormenorizadamente puntos como el proceso penal abreviado, las líneas fundamentales del futuro proceso penal, la investigación del Ministerio Fiscal y la acción popular, el principio de oportunidad o la defensa, representación y el turno de oficio, entre otros aspectos.

La zamorana Rosa María Alfonso Galán, titular de Derecho Financiero y Tributario de la Usal destacaba el papel de Carmen Calvo como docente, el catedrático Pablo Saavedra Gallo (Tenerife) su "tenacidad, coherencia científica y alta calidad humana".

El zamorano Fernando Martín Diz, catedrático de Derecho Procesal de Salamanca, asegura que "no hay bases más sólidas en el tratamiento de la imparcialidad respecto a la figura del juez que las sentadas por la profesora Calvo".

Efectivamente, muchas de las reflexiones de la jurista zamorana podrían trasladarse al día de hoy y seguirían de plena actualidad, como lo que dijo con respecto al Tribunal Constitucional: "La tacha de politización, bronca televisiva incluida, y la anticipación pública del sentido de los votos en función de los intereses del partido proponente, han sido algunas de las ácidas críticas vertidas sobre los magistrados (del Tribunal Constitucional), y con ellas se ha puesto en entredicho su recto actuar, con el resultado de un descenso de la credibilidad de los ciudadanos en el proceder del máximo intérprete de la Constitución". Las palabras de Carmen Calvo no eran un reproche, sino un punto de partida para montar una argumentación teórica sobre la importancia de la imparcialidad de los jueces, tanto la real como la apariencia que deben tener ante la opinión pública.

María del Carmen Calvo Sánchez ha sido, pues, una figura de referencia en el mundo académico, con un trabajo que ha tenido también trascendencia práctica en el mundo del Derecho Procesal que actualmente está vigente en España.