José Antonio Galdón Ruiz, presidente de Consejo General de Graduados en Ingeniería rama Industrial e Ingenieros Técnicos Industriales de España (Cogiti), impartió esta semana una charla a los alumnos que estudian este grado en la Escuela Politécnica, a los que animó a colegiarse, al tiempo que aseguró que se trata de una de las opciones que más salidas profesionales tiene.

-¿Cómo se debe enfrentar un ingeniero al mundo laboral?

-Yo hablo de la ingeniería 4.0 como símil con la industria y la evolución que se necesita para adaptarse a los nuevos tiempos. La ingeniería tiene que protagonizar todos esos cambios que están pendientes para tener una mayor desarrollo en la sociedad. Trato de insuflar optimismo a los alumnos, para que sientan sobre todo que están muy preparados y tienen muchas oportunidades, pero que, a su vez, tienen que asumir responsabilidades.

-¿Qué situación atraviesa la profesión en la actualidad?

-En principio, somos una de las carreras que mejor ha soportado toda esta crisis y la razón principal ha sido la versatilidad que tienen los ingenieros. Tenemos una capacidad de adaptación a las circunstancias actuales y eso es lo que están demandando ahora mismo las empresas. Por tanto, creo que es algo que tenemos que saber potenciar.

-¿Tienen que seguir saliendo al exterior para labrarse un futuro?

-Muchas veces tienen que salir a otros países, pero ya no tiene que considerarse fuera, porque estamos dentro del mercado único de la Unión Europea, donde hay libertad de movilidad para los profesionales. Hay que decirles que no tengan miedo a salir fuera.

-¿A pesar de fomentar la fuga de cerebros?

-No creo en la expresión "pérdida de talento", porque eso sería realmente cuando una persona que se ha formado como ingeniero, con el sacrificio que ello conlleva para el alumno y el coste para la familia, acabe realizando un trabajo no cualificado. Ahí está provocando un perjuicio a la sociedad, porque ocupa un puesto de trabajo para otra gente que podría ocupar sin esos estudios.

-¿Qué beneficios conlleva la experiencia en el extranjero?

-Les animamos a que viajen a otros países como ingenieros, para que hagan currículo, mientras que los que nos quedamos aquí en España tenemos que trabajar para crear oportunidades y que estos ingenieros vuelvan nuevamente aquí. Tenemos un plan de movilidad internacional y oficinas abiertas en Stuttgart o Irlanda, por ejemplo. A todos esos compañeros que van a trabajar fuera les hemos establecido un plan de retorno, donde les avisamos de las nuevas oportunidades de trabajo que van surgiendo en España.

-¿Cuáles son los principales nichos de empleo para ellos aquí?

-Las empresas son la mejor salida y a nosotros nos gustaría sobre todo que fueran del sector industrial, que es el que tenemos que potenciar y ser capaces de activar. Tenemos unos retos y objetivos para mejorar esa industrialización y hay sectores pujantes, como el de la energía o el de las consultoras de ingeniería. Todo eso son sectores que tenemos que vitalizar, con la mirada puesta en conseguir reindustrializar. Ahí es donde tenemos que poner todos nuestros esfuerzos.

-¿Sigue siendo una buena opción de estudio?

-Yo la recomiendo porque, sobre todo, da muchísimas oportunidades a la hora de ejercer cualquier profesión. Es una carrera que no es fácil, pero lo que no cuesta no merece la pena. Cuesta, requiere su sacrificio. Yo les intento explicar a los alumnos que van a tener su recompensa, un programa muy amplio de oportunidades laborales. Van a poder desarrollarse y crecer profesionalmente. Además, una titulación académica no es un fin en sí mismo, sino un medio para poder, de alguna forma, realizarse profesionalmente. Creo que a través de estas titulaciones uno consigue realizarse profesionalmente y devolver a la sociedad todo lo que ella le ha dado, pero con creces.

-¿Podemos estar satisfecho del nivel académico de estas carreras?

-Estamos por encima de la media en cuanto a nivel de formación, aunque hay aspectos diferentes, según los países. Pero la formación de las ingenierías en España es muy sólida y está muy por encima de la media. Quizá nos falta determinados aspectos, como esa conexión de la universidad con el mundo empresarial, del que sí disfrutan otros países.