"Casi nunca he tenido necesidad de escribir, y menos después de este libro". Así de tajante se mostró ayer el periodista Andrés Aberasturi en la presentación de su última obra, "El tiempo de las despedidas", en el Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA. El título ya evoca la temática del libro, "una despedida de un señor normal que se da cuenta de que ha llegado el momento de decir adiós, pero no a la vida, porque no es nada trágico, sino a todo lo que ya ha contado, así que se ve en la obligación moral de despedirse", resume su autor.

De esta manera, el periodista madrileño hace un recorrido "a modo de biografía sentimental" recordando su infancia, a sus padres, el barrio en el que vivió... "Es una reflexión a partir de mí, pero en la que se puede ver reflejada cualquier persona. Además, aunque está llena de guiños que solo entendemos la gente de mi familia y de mi entorno, se puede extrapolar a todos los lectores", asegura. Con una casa como escenario, el autor va recorriendo las habitaciones, que también cambian con el paso de los años.

Faceta desconocida

Muchos descubrirán con este libro, que se presentó en el paraninfo del Colegio Universitario, una faceta desconocida de Aberasturi, imagen habitual durante muchos años de la televisión, tanto en la época en la que solo existían dos canales hasta el "boom" de las cadenas privadas. Pero lo cierto es que la poesía forma parte de su recorrido vital desde que era joven. "Como todos los adolescentes, yo escribía ya versos. Después, en la Escuela de Periodismo donde estudié organizamos un grupo de poesía con el que incluso dábamos recitales; era algo muy gracioso", recuerda con cierta nostalgia. Fue por aquella época cuando publicó su primer libro de poemas, "Sincronía en tiempo de vals", un título "muy de la época, pero que ahora me resulta muy pedante", confiesa. Fue un libro del que apenas hubo distribución.

Sin embargo, "El libro de las despedidas", en el mercado gracias a la editorial La Esfera de los Libros, integra también otra de sus obras, "Las soledades de Carancanfunfa". En este caso se trata de una colección de textos del gusto de Aberasturi, quien convenció a la editorial para que adjuntaran estas poesías suyas a su última obra.

La presentación de este libro no le convierte, ni mucho menos, en poeta, según su parecer. "Manuel Alcántara dijo que escribía poesía porque se tenía que morir. Y me parece una respuesta bastante coherente y muy lógica", copia del poeta malagueño. Y es que, una de las premisas de Andrés Aberasturi es "morirse con todo ya dicho", pero sin decirlo muchas veces. "Yo, por mi parte, no quiero dar la paliza ni escribir siempre lo mismo, porque, si nos fijamos, siempre estamos con el mismo artículo, la misma columna, el mismo libro... Y no hay que insistir una vez contadas las cosas", subraya, sintiendo que, a partir de ahora, en lo que le queda de vida, "no habrá ya mucho más que contar, todo lo que vaya a pasar va a ser más o menos previsible", señala.

"Yo nunca me planteé escribir un libro de poesía, pero sí otros títulos como "Dios y yo", por ejemplo. Así que mis obras no sé muy bien por qué han salido y por qué se han convertido finalmente en libros. De hecho, el 90% de las cosas que he escrito se han quedado en el cajón o a la mitad, o reseteo el ordenador sin querer y lo pierdo todo", pone como ejemplos sobre su recorrido en las librerías.

A pesar de todo su bagaje literaria, Aberasturi rehusa considerarse un autor. "Mis libros no se estudiarán, no voy a pasar a la historia por esto. Solo he escrito por aquello de la vanidad inmediata de querer que me lea mi mujer o mis nietos", admite con modestia para finalizar.