Puede ser la casualidad o también el necesario desenlace de muchos años de abandono por parte de los propietarios. Sea como fuere, el enclave situado entre la rúa de los Notarios y la plaza de los Ciento se ha convertido en los últimos meses en la zona cero del deterioro sin mesura del Casco Histórico. El peligro de derrumbe del edificio situado frente a la cuesta del Mercadillo obligó hace apenas tres semanas a cambiar hasta seis itinerarios de la Semana Santa de Zamora. Junto a él, otro inmueble abandonado y apuntalado, incluido en el cerco de seguridad, se encuentra en venta. Y apenas unos metros más alejado, en la acera contraria, uno más, en esta ocasión protegido, fue víctima ayer de las máquinas excavadoras, aunque preservando su fachada.

El diagnóstico de los problemas de la ciudad de Zamora elaborado para la convocatoria de los fondos DUSI que nunca llegaron fue muy tajante al respecto. Ese documento, elaborado por encargo del Ayuntamiento, señalaba al Casco Histórico como un "espacio potencial de infravivienda desconectado de las zonas residenciales de la ciudad, tanto desde un punto de vista físico como económico, convertido en un fondo de saco". Aquello se firmaba en los últimos compases de 2016 y poco tardaron en aparecer los problemas, como es el caso de esta suerte de punto negro en que se ha convertido la rúa de los Notarios.

Ayer mismo, las máquinas excavadoras entraron en el inmueble situado entre los números 18 y 20 de esa misma calle, en plena boca de la plaza de los Ciento. Se trata de un proyecto de derribo aprobado por el Ayuntamiento de Zamora el pasado mes de marzo, a las puertas de la Semana Santa. Los propietarios así lo solicitaron, pero al tratarse de un edificio protegido en el catálogo, ha sido necesario mantener la fachada en piedra que adorna el conjunto, así como el resto de elementos que gozan de protección según los documentos manejados por el propio Consistorio de la capital.

El edificio causante de los cambios semanasanteros, por su parte, continúa con un perímetro de tres metros asegurado para evitar problemas con los viandantes en el caso de que se produzcan desprendimientos. El Ayuntamiento de Zamora ha interpelado a los propietarios para que, a la mayor brevedad posible, acometan las obras necesarias para asegurar el bloque siguiendo las instrucciones de los servicios municipales. Toda vez pasadas las fiestas de la Pasión, la Concejalía de Urbanismo deseaba una rápida actuación en este espacio, aunque el Consistorio no puede entrar de manera subsidiaria al no pesar sobre el edificio expediente de ruina, por lo que la única opción es esperar a que los dueños se pongan manos a la obra cuanto antes.

Junto a este inmueble, en dirección a la Catedral y compartiendo una de las paredes se encuentra otro edificio también apuntalado y también incluido en el perímetro de seguridad establecido por la Policía Municipal con el fin de evitar daños. Este bloque, que solo conserva ya la fachada dado que por dentro se encuentra yermo, está directamente en venta, a la espera de un comprador que quiera invertir en el lugar. Tarea complicada, reconocen desde el propio Ayuntamiento, dadas las limitaciones existentes a la hora de construir en un entorno protegido como es el Casco Histórico de la ciudad de Zamora. El desenlace, por lo tanto, sucederá a lo largo de los próximos meses.