"La compra de viviendas sigue disparada", "el precio del suelo urbano encadena varios meses de subidas" o "los pisos de alquiler suben a los niveles previos a la crisis económica". Son todos titulares que copan buena parte de la información económica en muchos medios nacionales. Sin embargo, los interesados en comprar o vender una vivienda en Zamora -tanto capital como provincia- viven una situación muy distinta. El territorio, azotado por una grave despoblación, está en el (importante) grupo de provincias en las que el mercado de viviendas todavía no despunta. El panorama inmobiliario avanza a dos velocidades, y Zamora está en el grupo de las más lentas.

Los últimos datos demuestran que la situación se ha estancado. Ayer se conoció que la compraventa de viviendas aumentó un 16% en España en el mes de febrero en comparación con el mismo mes del año anterior. En Castilla y León la situación ya es más discreta, con un avance que no llega al cinco por ciento. En Zamora el dato es claramente negativo con una caída superior al 17%. Los datos, poco sospechosos de "maquillaje", vienen directamente de la Encuesta de Transmisiones de la de Derecho de la Propiedad publicada por el INE. También se conoció ayer, esta vez gracias a la estadística del portal web Idealista, que el precio del alquiler va a la baja. Ambos datos, combinados, solo ofrecen una conclusión: que no hay demanda y los precios, por tanto, no repuntan.

Puede encontrarse una causa en el todavía elevado número de viviendas nuevas, herencia de la burbuja inmobiliaria, que no han encontrado comprador. En Zamora, según los datos más actuales del Ministerio de Fomento, hay más de 2.500 casas que están en esta situación. Es decir, 2.500 casas que todavía buscan a su primer inquilino a las que hay que sumar las viviendas de segunda mano que están en venta. "Los tiempos de disolución superan el plazo medio de los tres años en el 81% de las provincias españolas", grupo en el que se encuentra Zamora, según relata el informe del mercado inmobiliario del año 2017 de la empresa "Acuña y Asociados". "Los volúmenes parecen del todo inasumibles para una demanda deslocalizada en estas áreas. No obstante, se estima que este stock se reduzca en un 30% en tres años, lo que seguiría representando problemas de absorción en la mitad de las provincias".

El mejor de los escenarios para Zamora dejaría, en todo caso, una provincia a dos velocidades dentro de un país en idéntica condición. El stock de viviendas en el núcleo urbano de la capital, en el mejor de los casos, tardaría en ser absorbido por los compradores unos cinco años. Los datos del mundo rural son tan ambiguos que el informe, simplemente, señala que estamos hablando de más de diez años.

El estado es muy diferente en las grandes ciudades de España, las que tiran del mercado inmobiliario hasta el punto de que los datos generales hablan de un buen comportamiento pese a que la mitad del país ni siquiera lo nota. "El stock de 2016 en estas áreas se situaba en las 640.000 viviendas, entre oferta de nueva y usada, donde la ratio de disolución es inferior a tres años en nueve provincias en las que ya se acusa cierto grado de escasez de vivienda nueva. La demanda continuará absorbiendo stock en los años venideros a una tasa media de disolución anual del 13% hasta alcanzar un stock de 428.000 viviendas en 2019. Para ese último año el stock no presentaría grandes tiempos de disolución en el 81% de las áreas".